Erika Cervantes Juárez es ejemplo de que la ciencia y la docencia no están separadas; más bien se complementan. A un año de egresar del Doctorado en Física Aplicada de la BUAP ya es profesora investigadora de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Campus Guanajuato (UPIIG), del Instituto Politécnico Nacional, donde sus alumnos la califican como la mejor maestra de Física: “Por más que trato de encontrar un aspecto a mejorar, simplemente no hay; su clase es perfecta”.

La Máxima Casa de Estudios en Puebla es su alma mater. Sus estudios de licenciatura y posgrado los cursó en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM). Durante el doctorado ganó el Premio 2018 PacSurf al Mejor Trabajo de Estudiante presentado en la XI Conferencia Internacional sobre Superficies, Materiales y Vacío, de la Sociedad Mexicana de Ciencia y Tecnología de Superficies y Materiales, en la cual compitió con 500 proyectos.

Con ello tuvo la oportunidad de asistir y presentar este trabajo en el Pacific Rim Symposium on Surfaces, Coatings & Interfaces, mejor conocido como PacSurf 2018 en Hawái. “Ahí comparé y supe que la BUAP no le pide nada a ninguna otra universidad o centro de investigación”.

La honestidad y resiliencia son los pilares que la forjaron como profesionista. “La BUAP impulsa muchos valores, en particular la resiliencia porque ante cualquier situación nos estimulan a salir adelante, a reponernos ante cualquier adversidad”, refiere.

Compromiso con la docencia

– Ella sí sabe cómo enseñar, hay otros profes de Física “buenos”, pero ninguno como ella.

– ¡Es la mejor maestra de Física!, por más que trato de encontrar un aspecto a mejorar simplemente no hay, su clase es perfecta.

– Super inteligente, clases dinámicas, material de apoyo, amable, tolerante, muy congruente entre lo que enseña y los exámenes que aplica.

– Una gran maestra, si tienes dudas te explica a la perfección; exámenes tal cual lo visto en clase; se esfuerza mucho para que aprendas, da mucho material de apoyo, explicaciones entendibles y claras.

Son algunos de los comentarios de sus alumnos, quienes la califican como una docente comprometida con la enseñanza; en función de hacer más dinámicas e interesantes sus clases, por ahora virtuales, proyecta documentales o videos relacionados con el tema. El fin: hacer de una materia difícil, algo comprensible.

El inicio

Ante la interrogante del porqué decidió estudiar Física, sus pupilas delatan una sonrisa detrás del cubrebocas: “Recuerdo que estaba indecisa entre Ingeniería Química y Física. Al final del bachillerato tuve la oportunidad de acudir a la facultad. Cuando vi los pizarrones llenos entre un concepto y el otro, además de que me enseñaron que la fórmula tiene un porqué y el fundamento es algo real y físico, me enamoré. La decisión fue ahí”.

A partir del segundo año de licenciatura, Erika Cervantes Juárez participó en proyectos sobre cristales fotónicos y más tarde incursionó en el área experimental, específicamente en Ciencia de Materiales, donde realizó el estudio estructural y óptico de vidrios con propiedades fotoluminiscentes.

“Trabajé específicamente con un sistema ternario (matriz caracterizada por más del 90 por ciento de ciertos elementos) compuesto por óxido de cadmio, pentóxido de vanadio y cobre. Hicimos varias proporciones de estos tres reactivos y se estudió la composición que permitiera crear vidrios a partir de estas mezclas”.

Su ingreso al posgrado fue por mérito académico. En la maestría ocupó los mismos materiales y utilizó el método de ablación láser para generar películas delgadas. Mientras que en el doctorado se enfocó en las propiedades fotoluminiscentes de otro sistema ternario conformado por pentóxido de vanadio, óxido de cadmio y pentóxido de fósforo, al cual se le incorporó elementos dopantes: erbio, iterbio y cerio.

La búsqueda de materiales eficientes permitirá mejorar los actuales sistemas de iluminación, en costo y eficiencia energética. A nivel laboratorio, su método es uno de los más baratos y eficiente. “La idea de estudiar nuevos materiales es optimizar sus aplicaciones, luego de conocer sus propiedades estructurales y ópticas; por ejemplo, en celdas solares, iluminación, fibras ópticas e incluso en medicina y agricultura”.

Erika lee y dibuja, pero su mayor afición es tocar la guitarra y cantar. Durante sus años como consejera universitaria, mientras estudiaba en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, fundó y fue parte de la rondalla “Nota cuántica”.

Los planes de la joven científica poblana son continuar con su labor docente y establecer una nueva línea de investigación en Ciencia de Materiales en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Campus Guanajuato.

“Voy a seguir en la docencia de por vida. Me gusta mucho dar clases. No me veo haciendo otra cosa más que investigando y dando clases”. Una pasión que aprendió de sus profesores durante 11 años que se formó en Física Aplicada en la Máxima Casa de Estudios en Puebla, una institución que le enseñó, entre otros, el valor de la resiliencia para enfrentar cualquier adversidad.

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