¿Por qué tenemos que cuidarle las manos al mesero o a la cajera del bar o el restaurante?

En todo lugar de comida y bebida existe un menú con los precios de los alimentos y las bebidas; de igual forma, encontramos promociones que el lugar ha lanzado para atraer a más clientes.

Estas promociones deben estar formuladas de acuerdo con lo que el negocio o la empresa sea capaz de soportar sin mermar las utilidades y considerando que, cuando la promoción termine, el cliente no deje de asistir porque piense que ahora son demasiado caros sus productos.

Las promociones son una herramienta de la mercadotecnia y deben utilizarse con tiento, pues en ocasiones pueden representar la tumba de un negocio o ser utilizadas por alguien muy listo, pues al no determinar en el cartel las restricciones, puede vaciar la tienda con tan sólo cien pesos.

Volviendo al descuido –o las mañas –de algunos meseros o cajeras: aparentemente, la cuenta está correcta, pues sólo revisamos lo que bebimos y comimos, pero no los precios, así que pago incluyendo la propina y me retiro; más tarde, curioseando en el ticket, me doy cuenta de que las cervezas que consumí me las cobraron en el precio normal, siendo que existe una promoción que dice que antes de las 7 pm, cualquier cerveza cuesta $50.

Hago la suma y reparo en que he pagado $84 de más.

Decido reclamar y surge una conversación para ver cuál es el mejor camino para hacerlo.

–Hay que regresar, porque para mañana se van a lavar las manos y no van a devolverte el dinero. El otro día me estaban cobrando dos cervezas de más.

–No creo, las cosas no deben funcionar así; ellos me hicieron un cobro indebido y están obligados a responder por ello. Aquí tiene un teléfono; voy a llamar.

Timbra ininterrumpidamente hasta que decido colgar; intento de nuevo y lo mismo.

–Ya cerraron, mañana que vayamos no te lo van a aceptar; ya mejor déjalo así.

–¿Te parece que hay que tolerar los abusos? Lo mismo da si fueran diez pesos o quinientos, es algo que no está bien y hay que actuar; es posible que nos salga más caro regresar mañana a reclamar, pero la gente de servicio no puede hacer eso con los clientes, es una cuestión de educación, no debemos permitirlo porque entonces contribuimos a generar un país de abusos.

Busco en su página de Facebook y encuentro el lugar; escribo: “Buenas noches. Estoy revisando mi cuenta y veo que no me dieron las promociones de cerveza a $50 cada una; me las cobraron normales, así que la cuenta tiene $75 de más sin contar el extra que pagué de propina (en total serían $84). Las cervezas las pedí llegando (ahí puedes ver el horario). ¿Me das un vale por el cobro de más? También me comentó mi hija que la vez pasada que fue, le querían cobrar dos cervezas de más.”

Al día siguiente es respondido el mensaje: “Disculpa, Alejandro. Claro que te damos un vale. En cuanto abra el restaurante lo generamos y te busco. Trabajaremos más con nuestros meseros para ya no cometer estos errores. Saludos.”

“Gracias, quedo pendiente.”

Día siguiente: “Buenas noches ¿pudiste checar mi cuenta?”

“Hola, hoy descansa el gerente, mañana en cuanto llegue resolvemos esto.”

“Gracias.”

Entiendo que hay una persona encargada del servicio al cliente, así que decido no volver a contactarlos y sólo esperar que hagan su trabajo.

“Ya lo platiqué y en tu siguiente visita, te haremos un descuento de $200. Disculpa las molestias.”

Y efectivamente, todo queda ahí, lo que en mercadotecnia se define como comprar el silencio del cliente, porque puede más una mala recomendación que unos buenos anuncios de promoción.

Pero ¿por qué tenemos que revisar la cuenta cada vez que pagamos por el servicio en un restaurante? Hay quien dice que eso es mal visto, pero creo que peor se ven quienes, por no revisar, contribuyen a generar malos prestadores de servicios.

F/La Máquina de Escribir por Alejandro Elías

@ALEELIASG

 

 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here