En la obra de “Moral y Política” del Filósofo francés Albert Camus, en esta tercera entrega continuamos con las frases que desarrollan la necesidad de la reflexión con determinadas actitudes de ánimo y el ideal de justicia, con las siguientes expresiones:

“Nuestro mundo no necesita almas tibias, sino corazones ardientes que sepan darle a la moderación su justo lugar”. Asumir con entereza los puntos de vista sin caer en el exceso de exabrupto del lenguaje es una necesidad que continúa vigente desde el momento que en lo hizo Camus y con más urgencia en los tiempos contemporáneos de discursos maniqueístas.

Se asume Camus: “Somos de los que rechazan a la vez los gritos de odio que nos llegan por un lado y los pedidos enternecidos que nos vienen por el otro. Y buscamos entre ambos esa voz justa que nos dé la verdad sin la vergüenza. No necesitamos para ello tener conocimiento de todo, sino solamente desear la claridad, con esa pasión de la inteligencia y del corazón.” Retoma la necesidad del ejercicio con pasión y corazón frente al odio o la nimiedad de los discursos, en ese anhelo de lograr la “verdad sin vergüenza”.

“Una palabra desafortunada es una palabra inoportuna”. La fuerza del lenguaje, el tono y la tendencia violenta o pasiva, es lo que preocupa en el ensayo sobre la moral y la política. No hay nada peor en política que la falta de sentido de oportunidad.

Reafirma el autor: “Hay que pensar que el camino de la simple justicia no es fácil de encontrar entre los clamores del odio, por una parte, y los alegatos del remordimiento, por la otra”. Insiste en la actitud frente a los discursos de odio y los alegatos que se basan en el remordimiento que no permiten elaborar un diálogo constructivo.

Sigue Camus: “Es necesario que hablemos para que la memoria de la resistencia se conserve, sino en una noción que corre el riesgo de ser olvidadiza, al menos en algunos corazones atentos a la calidad humana”. Posiciona el sello de su filosofía con ese absurdo que se salva con la visión humanista que le da sentido a nuestro actuar.

Camus se cuestiona: ”¿Qué sería la justicia sin la posibilidad de la dicha, de qué serviría la libertad en la miseria?” es contradictorio lograr la justicia sino se acompaña de la dicha, más lo es, en el caso de la libertad que se vive en la miseria. “Hay en toda amargura un juicio sobre el mundo. La decepción lleva a generalizar”, no debemos sucumbir al sabor amargo al que nos lleva la valoración de la realidad, debemos entender que la mayoría de las generalizaciones provienen de la decepción.

“Un espíritu objetivo aceptaría pues decir que una filosofía negativa no es incompatible, en los hechos, con una moral de la libertad y del valor. Sólo vería en ella la ocasión de aprender algo sobre el corazón humano”, reitera su base filosófica en donde el absurdo o la negatividad no es algo que obstaculice el acercamiento a su planteamiento de moral, libertad y valor. Seguiremos la revisión de este ensayo de Albert Camus en las siguientes entregas a través del análisis de algunas de sus citas destacadas sobre los aspectos de la moral (desde su fuero interno) y su impacto en lo que plantea como política.

Twitter @TPDI

Profesora Investigadora UAM Cuajimalpa. @uamcuajimalpa, @Yo_SoyUAM

[1] Profesora Investigadora Titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Catedrática de Licenciatura y Posgrado en la Facultad de Derecho UNAM.

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