Nota: Toda la información textual y gráfica fue recolectada mediante una entrevista realizada por el equipo de Síntesis y se cuenta con la autorización de la familia Camargo Limón para compartirla.

Fotos: Adrián Montes Nieto y Laura Pérez Juárez.

Paulina con una de sus mascotas.

Paulina Camargo Limón fue una joven carismática, llena de vida, con una profunda pasión por los animales y un amor inmenso por su familia. Proveniente de un hogar unido, su infancia y adolescencia transcurrieron con tranquilidad, sin mayores sobresaltos. “Pau soñaba con el amor, quería llegar a casarse y tener una familia”, recordó su madre en una entrevista para Síntesis. Pero esa ilusión se vería truncada por José María «Chema», un joven que, la familia de Paulina considera su condena.

La relación con «Chema»
En una ocasión, Paulina asistió a una fiesta con una amiga, lugar donde conoció a “Chema”. Durante dos años, su contacto se limitó a intercambiar mensajes por redes sociales, donde él compartía sus logros deportivos. “Él es especial, es diferente, mamá; le gusta hacer ejercicio, está estudiando en la universidad, es muy caballeroso”, palabras con las que describía Pau a “Chema”.

A principios de 2015, «Chema» comenzó a “cortejarla”, lo que marcó el inicio de su relación. A los 19 años, Paulina comenzó a salir con él, aunque nunca imaginó que esta relación cambiaría su vida para siempre.


Una tarde de mayo, después de ir al cine juntos, Paulina se mostró extraña, lo que inquietó a su madre. “Pasamos por ella, al llegar a casa yo la sentí extraña, le pregunté si todo estaba bien y me dijo que sí; que sentía que estaba enamorada, aunque algo no estaba bien”, comentó Rocío Limón.
Semanas después, Paulina le confesó a su madre que estaba embarazada. La joven, dolida por la reacción de «Chema», quien le pidió que abortara, decidió seguir adelante con el embarazo y ser madre soltera.

“Yo la calmé, la abracé, le dije, «no te preocupes, aquí tienes a tu madre.» Y yo estoy para ti y tú no te preocupes. Y me dice, no mamá, es que yo voy a ser madre soltera él me dijo que no quiere nada y que quiere que aborte y que él me va a apoyar”, expresa la mamá de Pau.
A pesar de la noticia inesperada, su familia la apoyó incondicionalmente.
“Con el tiempo me enteré que él le decía: ‘No te quiero ni a ti ni a esa cosa’. A pesar de todo, mi hija volvió a confiar en él”, señaló su madre.

Retratos de Paulina.

La desaparición de Paulina
Después de un tiempo sin saber de Chema, Paulina recibió un mensaje suyo en donde le pidió acompañarla en la próxima cita con el ginecólogo. Pau aceptó con el objetivo de poder llevar una buena relación después de todo.

El 25 de agosto de 2015, Paulina se levantó temprano para asistir a una consulta ginecológica.
“Ese día se puso un blusoncito que le habíamos comprado, más holgado para su pancita. Me pidió prestada la bolsa de su abuela y me dijo “Préstame tu cadenita de la virgen, mamá, y yo te presto mi San Benito”.

En la consulta, Paulina y sus padres pudieron ver por ultrasonido a su bebé. Tras la cita, «Chema» le sugirió hablar en otro lugar, y pidió permiso para salir con ella. La familia aceptó, aunque con la condición de que Paulina estuviera atenta al teléfono para cualquier emergencia.

Ultrasonido del bebé de Paulina Camargo Limón.

“Le dijo a mi esposo que él quería estar en la vida de su hijo. Yo ya sabía de días anteriores que él quería que Pau fuera a su departamento y yo le dije que no fuera, que por qué tenía que ir si él se había ido tanto tiempo, que si él la quería ver que viniera a la casa”.
“Esa fue la última vez que vi a mi hija. Esa fue la última vez, cuando ella cruzó la calle”.

A las 19:00 horas, sus padres comenzaron a llamarla sin obtener respuesta. Alarmados, se dirigieron al lugar de encuentro: una cafetería en Plaza Solé.
“Le marqué y ya no me contestó. Paulina tenía la maña de usar el teléfono de las dos. O sea, en mi teléfono y en el suyo tenía su Facebook abierto y el número de este individuo. Entonces, en el camino para la plaza comercial le empiezo a marcar y no me contestó”.
Al llegar, se encontraron con una extraña situación: «Chema» había enviado un mensaje diciendo que no sabía si Paulina había llegado o no.

Las horas siguientes fueron de desesperación. Tras buscar por toda la plaza, los padres recibieron un mensaje de «Chema» que decía: «¿Ya llegó Paulina?». La versión que él dio a las autoridades esa noche fue que Paulina había abordado un taxi blanco, y él solo la había ayudado a conseguirlo. Sin embargo, las cámaras de seguridad del lugar mostraron que nunca entraron a la cafetería. Un video reveló que ambos abordaron el taxi juntos.
Aquí comienza lo que para la Sra. Rocío es “un tatuaje con un dolor interminable”.

A partir de ahí, la familia descubrió que el destino final del taxi era la colonia La Margarita, donde residía «Chema». Fue el primer indicio de que algo estaba terriblemente mal.
“Yo dejé a mi hija con ese individuo para que tomaran un café, no para que le hiciera daño, ni para que lastimara a mi nieto, ni para que causara un mal. No sabía que era un psicópata, un sociópata, un monstruo. No había forma de saberlo, porque no hubo un antecedente”.

Fotografía familiar; Rolando Camargo, Rocío Limón y Paulina Camargo.

La lucha por justicia
Desde entonces, la familia Camargo Limón ha enfrentado innumerables obstáculos en su búsqueda de justicia. Aunque «Chema» fue arrestado, ha logrado evadir las audiencias y se amparó en varias ocasiones. En abril de 2024, un juez lo absolvió del delito de homicidio en contra de Paulina, aunque permanece en prisión por el cargo de desaparición forzada.
“¿Cómo es posible que, después de nueve años, no haya avances significativos? La situación en los tribunales sigue siendo la misma”, lamentó la madre de Paulina. A pesar de los múltiples intentos de contacto con las autoridades, incluso con el presidente de la República, en ese entonces, Enrique Peña Nieto y la intervención del Papa, la familia sigue sin obtener respuestas.
En sus últimos esfuerzos, la familia acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE), donde intentaron reunirse con el entonces fiscal Gilberto Higuera Bernal, pero no tuvieron éxito.

Padres de Paulina; Rolando Camargo y Rocío Limón.

El dolor de un futuro robado
Hoy, a casi una década de la desaparición de Paulina, su familia sigue luchando por obtener justicia. La madre de Paulina reflexiona: “Mi hija era luz, vida. No sé qué le hicieron, ni cuántos estaban involucrados, pero alguien tomó la decisión, con odio, de arrebatarle la vida, la libertad”.

Notas que Paulina se auto-escribía para motivación personal.

La familia Camargo Limón sigue esperando que los nuevos gobiernos les den la oportunidad de que su caso sea escuchado y, finalmente, se haga justicia por Paulina.

 

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