Quién será el enemigo y posible candidato opositor más peligroso para el PAN poblano de cara a los comicios concurrentes del próximo año.
¿Emanará de Morena o del PRI?
¿Será sólo el candidato al gobierno el único obstáculo para que el PAN morenovallista retenga las llaves de Casa Puebla y las del palacio municipal?
¿O en Puebla ya están en riesgo ambos cargos?
¿Dependerá del escenario político nacional el resultado de ambas elecciones?
¿O la elección local se resolverá en un acuerdo nacional como ha sido en los últimos años?
¿Está vez el PRI nacional si intervendrá en Puebla para tratar de ganar la elección?
¿O van a volver a dejar a su militancia sola para darle prioridad a los intereses del PAN?
Son algunas de las interrogantes que hay que esclarecer para poder entender cuál será el escenario político-electoral que se vislumbra para 2018 en el estado.
Lo cierto es que en Puebla y en su capital se librarán dos guerras a muerte entre el PAN y el partido de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Porque es un hecho que el PAN, el partido en el poder, es la fuerza política que lleva preferencia en el resultado de la próxima elección, tanto en el estado como en Puebla capital.
En el PRI aún no se ve de qué manera pudieran ponerse de acuerdo sus liderazgos para competir con efectividad en el proceso electoral que está por arrancar.
Mientras que el PRD, aunque no vaya en alianza con el PAN, parece que no va a levantar ni aunque su candidato presidencial pudiera ser el famoso Juan Zepeda.
Además, la elección federal no será la misma que la vivida en el Estado de México, donde el perredista resultó ser la novedad, la sorpresa y el salvavidas del PRI.
En las elecciones que vienen, hay que recordar se renovarán: presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales.
En el caso de Puebla, insisto, la batalla será entre el PAN y Morena.
Si el PRI quisiera realizar una elección seria y con probabilidades de triunfo ya debió haber empezado la operación cicatriz porque la mayoría de su estructura ya negocia con panistas y pro pejistas.
Empero, reitero la pregunta: ¿quién será el enemigo más peligroso para el PAN en Puebla?
¿Será José Juan Espinosa Torres, presidente municipal de San Pedro Cholula?
¿Será Alejandro Armenta Mier, ex marinista y actual diputado federal de Morena?
¿Será Rodrigo Abdala Dartigues, también legislador federal?
¿Será el senador, recientemente autodescartado para la candidatura a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta?
¿O será Fernando Manzanilla Prieto, el cuñado incómodo de Rafael Moreno Valle Rosas (RMV), ex gobernador poblano?
¿Quién es el candidato más incómodo para el PAN?
Porque en Acción Nacional, aunque la candidata sea Martha Erika Alonso, seguramente ya tienen claro quién les sería el rival más fuerte.
Tal vez el nombre de José Juan Espinosa les hace mucho ruido a los panistas y por eso el enfrentamiento directo -en twitter- registrado el fin de semana entre el edil cholulteca y el dirigente panista en Puebla, Jesús Giles Carmona.
Y es que hablando de JJ hay que reconocer que es un pez en el agua tratándose de política y grilla virulenta.
Espinosa Torres está curtido y tiene mucha experiencia en procesos electorales; fue incluso uno de los antiguos aliados que llevó a RMV a la gubernatura en 2010.
El edil conoce los puntos débiles y las fortalezas del morenovallismo.
Y si a esto agregamos la información privilegiada que posee Manzanilla, aliado de Morena, la cosa se pone más buena.
En ese sentido, tal vez el candidato más cómodo para el PAN pudiera ser Rodrigo Abdala por su corta experiencia político-electoral.
Aunque al menos él no tiene cola que le pisen.
En el PAN, por lo pronto, ya hacen el trabajo necesario para medir, estudiar y enfrentar a sus posibles contrincantes.
Los priistas de plano no les preocupan porque saben que hasta podrían ser sus aliados.
Habrá que estar atentos al reacomodo de fuerzas a nivel nacional.
De eso depende Puebla, aunque no en su totalidad.
Ya lo verán.
En twitter: @poncharelazo