Para el secretario de Gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano, los recientes linchamientos ocurridos en el estado de Puebla representan un “pico” nuevo que no se había registrado en lo que va del año y exige revisar el protocolo de actuación con las autoridades municipales.
Dijo que este procedimiento de protección había funcionado bien, hasta que se presentaron más muertes cometidas por la población de Tlatlauquitepec y Tlacotepec.
El jefe de gabinete estatal apuntó que a pesar de la resistencia de los habitantes y la gravedad de un linchamiento, la autoridad está obligada a conciliar y agotar el diálogo, antes de usar la fuerza pública.
Y es que indicó que cuando la información no fluye rápido, entonces la gente termina haciendo justicia por propia mano.