El Centro Expositor en la ciudad de Puebla fue habilitado como albergue y centro de acopio, mientras que el Ejército patrullaba algunas calles como parte del Plan DN III, el Servicio Sismológico Nacional insistía que no es posible saber cuándo ocurrirá un sismo, pero que sí debemos estar preparados y bien informados de qué hacer antes, durante y después.
Quizás esta recomendación la tomó muy en serio Alfonso N, quien en el Oxxo de la 11 Sur a una calle de donde dos personas perdieron la vida optó por comprar dos sixs de cerveza y empacarlos para lo que se ofrezca, y es que la vida no vale nada.
Lo que quizá vale algo es la producción y Volkswagen de México anunció suspensión de actividades para evaluar años a su infraestructura y precisó que “las actividades se reanudarán cuando sea completamente seguro el regreso del personal a laborar”.
Mientras, a las 19 horas, Comisión Federal de Electricidad confirmó se restableció el servicio en 93 por ciento.
Las primeras cifras del terremoto en el caso de Puebla ubicaban a seis fallecidos, pero alcanzaron los 26 registros hacia las 18:00 horas, así como 25 edificios dañados, incluidas instalaciones de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
De hecho, el epicentro de la cobertura del sismo fue el Centro Histórico, en especial inmuebles de valor patrimonial de los siglos XVII al XX, pero quizás el terror fue mayor para los trabajadores de los rascacielos de las zonas de Lomas de Angelópolis y sus clusters.
Es el caso de Javier, quien fue sorprendido por el movimiento telúrico mientras colocaba lozeta en una obra.
Minutos después del terremoto, la Vía Atlixcayotl era un hormiguero donde los semáforos funcionaban a medias y se propaló la versión de que estaban robando automovilistas.
En la zona, hoteles como el Hilton y Holiday Inn evacuaron a sus huéspedes y en el caso del primero decidió cancelar servicios hasta no comprobar el estado de sus estructuras, al registrarse alguna cuarteaduras.
En otra vialidad, el segundo piso de la Autopista México-Puebla de los estadios a la planta armadora fue abierto a la libre circulación sin cuota alguna para no entorpecer el tránsito.
Los simulacros registrados poco menos de dos horas antes del sismo quedaron ridiculizados por el pavor causado por el movimiento telúrico, mientras la telefonía móvil y la transmisión de datos se colapsó por más de cinco horas, aunque con operación intermitente.
La suspensión de clases alcanzó de nueva cuenta en Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Veracruz.
La Adoración Nocturna vía redes convocaba a sus 856 seguidores a unirse en oración tras los sismos.
La cancelación de actividades también alcanzó a las delegaciones federales, mismas que tendrán que esperar peritajes de especialistas en Protección Civil para determinar el estado de los inmuebles y si están en condiciones para operar.
En paralelo, el Centro Integral de Servicios (CIS) lucía también vacío al cancelarse operaciones para evitar algún eventual riesgo, mientras Protección Civil valora las condiciones del inmueble.