¡Ames a quien ames, Madrid te quiere! Así reza el eslogan del World Pride Madrid 2017 que tan afanosamente ha organizado estos días el Ayuntamiento de la capital de España encabezado por Manuela Carmena, la septuagenaria exjuez, postulada por un movimiento ciudadano para el cargo de la Alcaldía que finalmente ocupó a mediados de junio de 2015.

Ya no es únicamente Ámsterdam es que la llamada fiesta del Orgullo dedicada a celebrar a grito abierto la homosexualidad y las relaciones que rompen con el estereotipo hombre-mujer han ido apoderándose de las principales urbes del mundo conquistándolas con su banderita multicolor.

Este año la capital ibérica será la sede de la gran fiesta anual gay (23 de junio al 2 de julio) los hoteles anticipan pingües ganancias, uno de los mejores veranos de la última década según el propio sector del turismo y de la hostelería.

Todos van colgando sus cartelitos de gayfriendly, muy atrás han quedado las décadas en que el franquismo fustigó simples muestras de amor en público como el roce de los labios para un inocente ósculo hetero.

La tolerancia actual tiene que ver con un cambio, una metamorfosis, en las normas de convivencia y en la introducción de legislaciones que reconocen el matrimonio hombre-hombre y mujer-mujer así como la adopción de bebés y niños a fin de permitirles formar una familia sui generis pero al fin y al cabo familia.

También detrás está el potencial económico ostentado por este grupo, a diferencia del género femenino, el masculino es mucho menos vulnerable y está más empoderado en todos los terrenos laborales y en el renglón de los sueldos y salarios.

Al emparejarse dos varones se da por supuesto que se trata de dos personas que además poseen una solvencia económica derivada de su actividad profesional sea como empleados o inclusive como empleadores.

A su alrededor se han detonado toda una serie de artículos de lujo, de subsectores de servicios porque la comunidad homosexual demanda y bastante bien desde moda, fitness, peluquería hasta cosmética de belleza y por supuesto muchos servicios de SPA, afterhours, afterworks con sitios inn en los que comer, beber, bailar y sentirse en compañía de otros iguales. El sentido de la pertenencia.

Hoy en día quedó atrás el estereotipo aquel de la década de 1960 del hombre afeminado y exageradamente amanerado de la voz aguda y los pantalones pitillo untados como mantequilla o el que se ocultaba presumiendo de mujeriego voraz; una vez salidos del armario se están dejando ver barbados, fortachones, peludos con su bigote y su voz grave, eso sí muy preocupados por ir al gimnasio, cuidarse físicamente, vestir casualmente y lucir trajes y corbatas de buen corte y primera línea de elegancia. Todo eso cuesta dinero.

Nada más en viajar para celebrar este mimoso festival, Madrid espera a 8 millones de personas LGBT, turistas de diversas partes que dejarán una derrama estimada en más de 6 mil 300 millones de euros, de acuerdo con datos de World Travel & Tourism Council.

 

A colación

Todavía atraganta el tema muy a pesar de la normalidad con la que se aborda bajo el argumento de la diversidad sexual y hasta la defensa del poliamor, la sociedad de los albores del siglo XXI muy posiblemente no atestiguaremos en vida las consecuencias sociales y humanas emanadas de que dos hombres o dos mujeres sean pareja abierta e inclusive formen una familia.

Muy seguramente las contradicciones éticas y morales empeorarán con la introducción de la inteligencia artificial, quizá tampoco veremos en vida -llegado el momento- el debate en las cámaras y los congresos por reconocer y dar derechos a los robots emparejados con las personas; muy posiblemente algún día serán discutidos artículos de ley para el matrimonio y la formación de familias mixtas entre humanos y robots.

Vamos que la semilla de la destrucción de nuestros cimientes, la familia hombre-mujer como pilar de la formación de una sociedad y de una cultura, va abonándose con denodada rapidez en nuestros días. Debe existir un especial interés (no nada más pecuniario) hasta político en vistas del incremento del abstencionismo.

Llama además poderosamente la atención que la defensa de los valores tradicionales va menguando en la medida que se tacha hasta de delito de odio el no aceptar que dos iguales se prodiguen de besos y caricias delante de tus hijos pequeños que anonadados preguntarán después.

Y se enfurecen los políticos gueis artífices de los cambios a favor de su propia condición cuando hay personas que hacen ver una exagerada propaganda exaltando la homosexualidad en películas, series, mensajes, anuncios, literatura, vídeos de MTV consumidos por adolescentes, música y un largo etcétera. Así como vamos, el día de mañana, los heterosexuales terminarán siendo minoría haciendo la marcha del otro orgullo…

 

@claudialunapale

*Puedes opinar en http://claudialunapalencia.blogspot.com.es economista y escritora, experta en periodismo económico, geoeconomía y análisis internacional

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