Ser bombero es mi satisfacción: Fernando ZempoaltecaDesde hace 28 años, Fernando Zempoalteca ha destinado su vida para atender a la población que se encuentra en situaciones de emergencia y a pesar de los riesgos que representa trabajar para el Heroico Cuerpo de Bomberos de Tlaxcala, asegura que esa ha sido su mayor satisfacción pues es una actividad que hace con dedicación y vocación.

En la charla con Síntesis desde su centro de trabajo, “El Sargento”, como también le conocen en este fastuoso lugar donde lo fundamental  es salvaguardar la vida de ellos y de las personas, no se considera un héroe pues explica que la disciplina y hacer las cosas correctamente en cada servicio es imperante porque hasta su propia vida se pone en peligro.

Vocación de servicio

Comparte que los bomberos no solo se dedican a combatir el fuego, también atienden incidentes con materiales peligrosos, el manejo de derrames de líquidos químicos, hacen el salvamento de personas en incendios en casas habitación, vehículos, rescate en montaña, trabajos de altura y rescate de personas en accidentes de tránsito que quedan prensados, entre otros.

Originario de la población de Los Reyes Quiahuixtlán, municipio de Totolac, asegura que el privilegio de llegar a esa corporación fue circunstancial pues desde muy joven se encontraba sin ocupación y se enteró que estaba abierta una convocatoria para ingresar al Heroico Cuerpo de Bomberos.

“Necesitaba empleo y fue la contratación inmediata y aquí estoy desde hace 28 años, así fue como ingresé a este empleo, donde me explicaron mis labores y le fui agarrando amor y ahora me gusta apoyar a la ciudadanía que está en desastre. Me gusta mi trabajo”.

Fernando lleva toda una vida en este lugar donde ha atendido a un sinnúmero de personas en los turnos que realiza 24 por 24, proporcionando servicios en los que al salir –como creyente-, se encomienda a Dios y a la Virgen de Guadalupe pues no sabe si va a regresar y pide que todo salga bien, aunque en el camino se pregunta cómo estará la emergencia y cómo será combatida, pues “también nosotros nos exponemos, pero lo principal es salvar vidas y apoyar a quienes se encuentran en desgracia y solicitan nuestro apoyo, me gusta hacer mi trabajo con dedicación y satisfacción”.

Al acudir a los llamados, desconocen con lo que se van a encontrar porque mientras la gente busca salir de algún incendio o lugar porque están en peligro, ellos (los bomberos) buscan entrar a lugares inciertos “arriesgando todo”, sin embargo, él dice que para esto se necesita “vocación de servicio”, sobre todo cuando antes de salir al llamado va como encargado del servicio.

Al llegar al lugar del llamado, primero observa la escena de la emergencia y se actúa conforme a los protocolos para atenderla, pues en ocasiones no resulta sencillo, porque se convierten en el apoyo de las personas, por ello, dice “un bombero debe tener la vocación de servir, es lo más importante, que le guste su trabajo y hacerlo con ganas sin esperar nada a cambio porque los semejantes eso esperan”.

Consciente de que es un servidor público porque cuenta con un salario, no le importa arriesgar su vida, para él, es válido arriesgarse.

Día del Bombero
Han atendido a un sin número de personas en los turnos que realizan 24 por 24.

Las experiencias

En ese momento, recuerda que uno de los casos que más le han impactado y que le marcó en estos años fue el apoyo que dieron en el municipio de San Martín, del estado de Puebla, donde cientos de familias murieron en la explosión de ductos de Pemex, hace más de cinco años.

“Fue un siniestro devastador donde se perdió todo, murieron familias enteras y muchas de ellas perdieron su patrimonio, eso ha sido lo más triste ver que fallecieron muchas personas y cómo quedaron, el aroma y la desolación que ahí se vivió fue muy difícil no solo para las familias, para todos lo que acudimos a ese lugar”.

Las experiencias son diferentes en cada servicio, se remonta a otro caso, donde sus compañeros en una explosión salían corriendo y tuvo que tranquilizarlos en cuestión de segundos y aunque no pasó a mayores pues su mayor temor era que se colapsara una estructura sobre ellos.

En esos momentos, relata “estamos conscientes de que podemos perder la vida, pero también sabemos que debemos ser cuidadosos, le tenemos miedo al fuego, que además es nuestro amigo, pero si hacemos mal las cosas, se convierte en nuestro enemigo”.

Dedicarse a salvar vidas ajenas, tiene un precio y eso significa sacrificar a la propia familia y aun cuando han transcurrido 28 años, Fernando Zempoalteca no se arrepiente de haberse mantenido en este trabajo que actualmente le lleva a sostener a su familia de seis integrantes a quienes agradece su comprensión ya que hay días que no hay mucho tiempo para estar con ellos por las cargas de trabajo.

A las nuevas generaciones les inculca como se trabaja en este lugar, donde está primero su integridad porque si las cosas se hacen mal, quien sale perdiendo es la familia de ellos, por ello, insiste en que se debe tener vocación.

Ha recibido diversos cursos para su desarrollo en diferentes instancias gubernamentales, como el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), además de capacitación sobre incendios, primeros auxilios psicológicos, entre otros, que comparte con sus compañeros más de 40 integrantes del Heroico Cuerpo de Bomberos de Tlaxcala, que cuenta con delegaciones en Apizaco, Huamantla, Calpulalpan, Tetla y Tlaxco.

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