El sábado anterior en la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” se fue testigo de un espectáculo que ofreció esperanzas a la seriedad que debe tener una corrida de toros en un escenario como el tlaxcalteca, que presume de ser uno de los más cultos en materia taurina.
En el cartel, Domingo López Chávez de España que logró cortar dos orejas, Jerónimo y José Luis Angelino.
De los seis toros que envió La Soledad, por lo menos dos apenas si cumplieron con la presencia, pero los otros cuatro eran unos auténticos torazos, con el trapío que merece una plaza como “La Ranchero”.
Los toros infundieron peligro en cada rincón del ruedo por donde pasaban, de hecho fue una corrida muy accidentada con un toque dramático que dejó helado a más de uno en la ya de por sí fría tarde tlaxcalteca.
Los toreros estuvieron puestos para el compromiso del que se fueron enterando conforme saliendo los de la ganadería de Mariano González. Tanto el español Domingo López Chávez, como Jerónimo y José Luis Angelino, tuvieron que lidiar las peligrosas embestidas de sus respectivos toros y dejar para otro día las faenas artísticas.
El ibérico ofreció una carta de presentación que llenó el ojo de aficionados entendidos. Un torero sobrio que presentó sendas faenas de poder ante toros que intentaron irse por delante, pero evidenció una muleta poderosa, digna de un auténtico lidiador.
La prueba más clara de sus facultades fue con los toros jugados en cuarto y sexto lugar, este último, tuvo que lidiarlo después de un serio percance que sufriera el matador José Luis Angelino.
López Chávez se apegó a lo ortodoxo del toreo y fue llevando poco a poco las embestidas de unos toros que advirtieron peligro en cada embestida. Fueron complicados al pasar en cada muletazo pues echaban la cabeza hacia arriba buscando la humanidad del torero.
El español logró instantes de mucho poder con el sexto, al que lidió por nota, aunque el de La Soledad intentó rajarse constantemente, evitar la pelea y rehuir al terreno en el que buscó ejecutar la faena con muleta.
De hecho, una de las tendencias que observamos en el ganado del pasado sábado fue lo pronto que se les acabó el gas. Fueron toros venidos a menos después de dar positiva pelea en el caballo, pero que al tercer tercio llegaron agotados.
Domingo López lidió un toro peligroso que dejó un aroma de incertidumbre después del percance provocado al matador Angelino, pero se quedó en el sitio aunque el toro lo miraba constantemente amenazando el percance.
Pese a ello, el torero se quedó quieto y por goteo tuvo que ir sacando los pases, lidia que fue reconocida ampliamente por la afición que llenó apenas si media plaza en el pequeño escenario tlaxcalteca.
Peligro en el ruedo
El momento más dramático de la tarde fue el serio percance que tuvo el matador José Luis Angelino. Al salirle a su segundo toro, decidió como ya es costumbre en él, acudir a portagayola para saludar al cierra plaza.
Sin embargo, al momento del encuentro el toro no hizo por el engaño y se siguió de largo prácticamente arroyando al torero, pero propinándole tremendo golpe que lo dejó tendido en la arena prácticamente noqueado ante la mirada incrédula de quienes vieron el momento.
Para agregarle más peligro a la escena, el toro se siguió de largo y amenazó con brincar al callejón, nadie sabía qué hacer en ese momento. El miedo y la desesperación que privó en el ruedo provocaron que el matador sufriera una caída al momento en que un grupo de personas lo intentaban sacar del ruedo.
Las imágenes fueron de espanto y el matador tuvo que ser trasladado de inmediato al Hospital General de Tlaxcala en donde se reportó que sufrió una contusión y pérdida del estado de alerta, aunque fue ahí donde recuperó la conciencia para poder trasladarlo al Hospital Central de Apizaco donde convalece.
Más allá del percance, Angelino obsequió instantes agradables y artísticos con su primer toro, sobre todo al cubrir el tercio de banderillas, en donde evidenció que es un dotado de facultades físicas.
Fue un ejemplar que lo hizo sudar con medias embestidas y que levantaba la cabeza al 
final del viaje con la muleta. Quizás la falta de un puyazo provocó que el toro llegara prácticamente crudo –como se dice en la jerga taurina–, aunque la labor que ejecutó José Luis provocó que la afición lo llamara a saludar al tercio.
Por su parte, Jerónimo demostró que se encuentra en un momento positivo de su consolidada carrera como matador de toros. Con el segundo aire que tomó a su ya madura edad, el torero de raíces tlaxcaltecas mostró raza a sus toros, aunque éstos no le ofrecieron las condiciones para el lucimiento.
Jerónimo se vio sobrio con el capote, ejecutó lances a la mexicana y sabrosos muletazos en los que deletreó el toreo con dos faenas con riñones en las que buscó agradar al tendido pero tuvo poca materia prima.
En general el balance de la corrida fue positivo, salvo el percance de José Luis Angelino e incluso un fuerte golpe al banderillero Héctor García Ramírez. La gente salió con la incertidumbre de saber qué había pasado con el de Apizaco, aunque las noticias fueron relativamente buenas.
El próximo sábado será el cerrojazo de feria con toros de Rancho Seco para Pablo Hermoso de Mendoza, Uriel Moreno “El Zapata” y Gerardo Rivera.
