Es un hecho, el año 2017 se acaba, y para despedirlo, como una especie de ritual de iniciación para el 2018, realizaré un conteo sobre lo que fue y lo que ya no será, haciendo por tanto un rápido repaso por algunos de los sucesos en el mundo del arte que marcaron el año.

Primero, es preciso mencionar que fue en este año cuando inicié la columna titulada “Hártate de arte”, que contiene textos dedicados a la creación contemporánea. Desde julio tuve la oportunidad, sin restricción, de escribir en este diario sobre lo que a mí me gusta e interesa, es así, que he intentado dar un ligero comentario sobre algún tema, problema o acontecimiento alrededor del mundo del arte, que es mi mayor y más grande pasión.

En la columna he hablado de las prácticas artísticas desde una perspectiva de información y expansión del conocimiento, pero también de los discursos artísticos que se dan en los museos del país y las que acontecen en el estado. Hable por ejemplo de la muerte de Rius, de los que significa visitar el MUAC, de las propuestas políticas y artísticas de Mercado Verde y Esponjas de Vinagre en el estado, así como de la campaña de la indígena Marichuy o el arte conceptual. En fin, de lo que está pasando en la vida cotidiana y su relación con el arte.

Por otro lado, en este año despedimos a tres grandes y significativos creadores del país y la creación, ellos fueron, el caricaturista michoacano Eduardo del Río “Rius”, el pintor y dibujante José Luis Cuevas y el neólogo Felipe Ehrenberg. Estos tres artistas configuraron una nueva manera de ser artista. Los tres fueron rebeldes y cuestionadores con su entorno, tanto en lo académico como con lo institucional. Por su lado, Rius nunca dejo de criticar al sistema y al gobierno en turno, haciendo con su trabajo un fuerte cuestionamiento al aparato político, a la iglesia, al capitalismo e incluso a la manera de comer de los mexicanos.

Cuevas por su parte, derrumbo los dogmas impuestos por los muralistas y tejió una multiplicidad de relaciones que lo hicieron posicionarse como uno de los artistas cosmopolitas de México. Por su parte, Felipe Ehreberg propuso un discurso artístico que no se sustentó en una sola disciplina, sino que realizó transversalidades de los campos de la creación para desarrollar su trabajo.

Y ya que estamos hablando de difuntos, sería bueno mencionar la falla (por eso de fallecido) que tuvo el artista Jeff Koons al perder una demanda millonaria por el plagio que realizo él y su grupo de colaboradores de la fotografía del artista Jean-Francois Bauret, trabajo con el cual echó para atrás las formulaciones conceptuales y en uso de la práctica artística llamada “apropiación”. Es en este tenor donde podríamos traer a colación, no por fallido sino por controversial, el trabajo del artista Gabriel Orozco y el OXXO que produjo en la galería Kurimanzuto. Entendámoslo, estas son otras más de las contrariedades que formula y propone el arte contemporáneo, ¿son o no arte estas propuestas?

También sería bueno acordarnos de las hermosas y espectaculares exposiciones que se vivieron y que aún, en algunos casos, es posible visitar; me refiero a expos como la de Andy Warhol en el Museo Jumex, o la del artista experimental Yves Klein en el MUAC, también la del director de culto Stanley Kubrick en la Cineteca Nacional o la del también director Tim Burton en el Museo Franz Mayer. Tampoco podemos olvidarnos del proyecto entre instalación y cine que presentaron en el Festival de Cannes los mexicanos Alejandro González Iñárritu y Emmanuel “el Chivo” Lubezki, o la maravillosa muestra titulada “Rojo mexicano. Gran cochinilla” en el museo del Palacio de Bellas Artes con pinturas de Velázquez, Van Gogh, Tintoretto o Gauguin entre muchos otros artistas.

Es claro que el arte vive y que nuestro país es un excelente anfitrión para cualquier tipo de muestra, sea contemporánea o tradicional. Los mexicanos somos una sociedad que sueña y crea y que disfruta del arte, pero también somos una sociedad que debe enfrentarse con su realidad, una realidad con mucha cultura pero con un gobierno que quiere olvidarla, pues la ve como un gasto y por tanto le ha hecho recortes presupuestales. Es momento de dejar a este gobierno paternalista, de dejar este año y comenzar el 2018 como una sociedad emancipada de la oligarquía y proyectada para un mejor porvenir con y para el arte siempre.

artodearte@gmail.com

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