Para el secretario de Educación Pública en el Estado, Manuel Camacho Higareda, el nuevo modelo educativo en Tlaxcala permitirá reducir los índices de violencia o acoso escolar, a partir de la difusión de los principios de respeto y consideración entre estudiantes.
En entrevista, el funcionario señaló que entre las premisas primordiales del sistema impulsado a partir de la reforma educativa, se establece especial empeño en la sana convivencia escolar, “se trata de un tema importante sobre el cual se está trabajando de manera constante”.
Si bien reconoció que en lo que va del año la SEPE no tiene casos de violencia o acoso escolar registrados en alguna institución, sí aceptó que el número de escuelas de nivel básico certificadas como libres del fenómeno también conocido como bullying es reducido en la entidad.
“Quisiéramos que las dos mil 463 escuelas del estado fueran libres de acoso escolar pero es un trabajo que se tiene que hacer de manera constante en educación y concientización de todos los actores educativos”.
Y es que de acuerdo con los reportes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), actualmente en Tlaxcala son únicamente 23 escuelas las que cuentan con la certificación como libres de acoso escolar, es decir, un mínimo porcentaje respecto a las dos mil 463 de las que tiene registro la SEPE.
El funcionario estatal remarcó que se trata de un fenómeno multifactorial en el que debe participar tanto la comunidad escolar, como los docentes, directivos, estudiantes y los propios padres de familia.
Se trata, dijo, de la necesidad de que todos los actores cobren conciencia acerca del fenómeno y a la vez se integren estrategias de difusión de valores de respeto, “y sobre todo que lleguen a desarrollar el sentido que les permita dirimir las diferencias sin recurrir a la violencia y utilizando el diálogo”.
Manuel Camacho Higareda reconoció que el combate a la violencia escolar ha logrado avances significativos en las últimas épocas, a partir de los programas desarrollados para tal fin, sin embargo, también aceptó que aún queda mucho por hacer para que la formación del estudiante permita integrar desde un inicio la sana convivencia.
“Es un tarea ardua y eso es algo que dará frutos de manera gradual y que debemos ser paciente pero constantes, como una convicción y que esté presente en un programa de convivencia escolar”.