Mañana martes en el municipio de Apizaco será presentada la sexta edición de la Semana de la Cultura y el Toro, así como la extensión de las Romerías Taurinas que se interrumpieron el año pasado a consecuencia del sismo de septiembre.
A la vez, se darán detalles del gustado evento Del Campo a la Plaza, que traslada las faenas camperas que se realizan en una ganadería de toros bravos, hasta un coso taurino y que, a la vez, son actividades a las que pocas veces tiene acceso cualquier aficionado.
Las romerías tuvieron buena respuesta en el municipio de Apizaco a partir de lo innovador y atractivo que resultaron las tientas de vacas por alumnos de diferentes escuelas taurinas del estado.
Al final de las actividades, se libera un ejemplar más para aquellos intrépidos y valientes aficionados que deseen pegar un muletazo en el ruedo de la plaza Rodolfo Rodríguez El Pana.
Mientras tanto, Del Campo a la Plaza también significa para la afición una oportunidad para conocer de cerca los prolegómenos de la tauromaquia, es un momento íntimo en el que se descubre en parte, la grandeza de la fiesta brava y lo que conlleva más allá de lo que se observa en el ruedo.
Acciones como el separado o destete de los machos, herradero, tienta y el proceso para ir a la plaza, son actividades muy de campo en la ganadería, en la que solo están presentes unos cuantos, pero que gracias a eventos como este, los aficionados pueden descubrir lo complejo que es el cuidado de un toro bravo.
Destacado
El sábado anterior en el municipio de Lázaro Cárdenas, se lidiaron tres novillos de la ganadería de Santo Tomás, en la que destacó el joven becerrista Roberto Benítez de la escuela del maestro Jesús Villanueva.
Villanueva ha sido instructor de diferentes toreros, varios han pasado por su vera y ha sabido moldear la conducta de aquellos que aspiran a ser matadores de toros.
Hoy tiene una camada de prospectos interesantes, entre ellos, Roberto Benítez que se ha presentado en pocos festejos pero que ha dejado buenas impresiones. Es cuestión de tiempo para que de esa escuela apizaquense salgan nuevos toreros que alimenten la fiesta brava local, cada vez más ávida de nuevas figuras.
Puerta Grande
Y ya que hablamos de Apizaco, el domingo cuatro de febrero, el joven torero Sergio Flores obtuvo su sexta puerta grande consecutiva en la monumental Plaza México.
Lo hizo ni más ni menos que en un mano a mano con el español Julián López El Juli, ante un infumable encierro de la ganadería de Teófilo Gómez que tuvo que ser salvado por dos toros de regalo de las ganaderías de Bernaldo de Quirós para el ibérico y uno de Santa María de Xalpa para Flores.
Una corrida de pre aniversario en La México que se volvió tediosa y aburrida a partir del pésimo juego de los seis primeros toros de la tarde. Cuando los ejemplares simplemente no cooperan, se obtienen faenas sin emoción ni sustancia como las primeras seis del pasado domingo cuatro de febrero.
Los toros de regalo salvaron de mediana forma una tarde que pintaba para quedar en el olvido, tanto El Juli como Sergio Flores entendieron a sus respectivos ejemplares, y bordaron sendas faenas que emocionaron a los tendidos de la monumental capitalina.
Sergio Flores ya está pisando ligas mayores, el hecho de ser considerado para un mano a mano previo al festejo mayor del calendario taurino mexicano, representa que sus prestaciones cada vez son más altas.
El de Apizaco no ha recibido el reflector mediático como quizás otros toreros mexicanos lo han tenido, pero ha sido con base en argumentos taurinos sólidos, como ha logrado posicionarse como uno de los coletas predilectos para la afición mexicana.
Ya veremos qué tanto puede pulir su toreo para que en unos años más, el joven matador de toros tlaxcalteca pueda consolidarse como una figura en nuestro país y les pise los talones a los relumbrantes toreros extranjeros que cada temporada son más cuestionados y criticados en nuestro país.
Y no es para menos, cuando se imponen encierros de ganaderías que ya de por sí se sabe que serán descastadas y sin la más mínima transmisión de peligro como la de Teófilo Gómez, la afición tiende a manifestar su inquietud de mil maneras en la plaza de toros.
Ya va siendo momento de que las empresas se fijen en los nuevos valores de la fiesta brava en nuestro país, que se le ofrezca impulso a aquellos jóvenes talentos con personalidad y condiciones para el lucimiento, a fin de ya no depender de las figuras ibéricas que aún vienen a intercambiar espejos por oro.
Lo que sorprende desde la temporada grande anterior –primera de la nueva administración–, es que la afición comenzó a extrañar al otrora administrador de la plaza Rafael Herrerías. Así estará la cosa hoy en día.