¡Un veintitrés de marzo del noventa y cuatro, México nunca lo va olvidar, cuando en la calles de Tijuana, Luis Donaldo Colosio, dejó de existir! ¡Al candidato de la esperanza, a sangre fría alguien lo acribillo, y aunque agarraron al que le disparo, sigue libre el que lo mando matar! El pueblo esta consternado, ¡y exige justiciaaaaaa! Así iniciaba esta canción que Alex Lora cantaba con voz aguardentosa y que recordaba el magnicidio del político priísta. Y es que efectivamente, en el terrible año de 1994 Colosio fue asesinado. Este año vio múltiples descalabros y sucesos trascendentales para la nación mexicana, en el mismo, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio, que con el tiempo, nos convertiría en una país dependiente del malvado vecino del norte, por otro lado, en el sur, en la selva lacandona de Chiapas, apareció el EZLN encabezados por el Subcomandante Marcos, también en ese año, se dio el asesinato al Secretario General del PRI José Francisco Ruiz Massieu y en diciembre, la devaluación del peso afectaría a la sociedad mexicana como nunca antes en su historia.
Luis Donaldo Colosio Murrieta nació en Magdalena de Kino Sonora de donde también fue diputado y Senador, luego, fue presidente nacional del PRI y por último, candidato presidencial del mismo partido. Al parecer Colosio era un demócrata, un político que hablaba sin tintes oficialista, señalaba a los dinosaurios de su partido y era un miembro progresista que buscaba la reestructuración del sistema sin organizaciones facciosas. En diversas entrevistas aceptó que su partido vivía una anacrónica sistematización, incluso se comenta, que el 6 de marzo, unos días antes de su asesinato, en el Monumento a la Revolución, dio un discurso que molestó de sobremanera al presidente Salinas y que quizás fue esta la acción que detono su trágico final.
Hoy se cumplen 24 años del asesinato de Colosio, ese día por la noche, todos los noticieros hablaban del atentado, recordemos que la comunicación en esos años estaba monopolizada por Televisa y por tanto, la información estaba controlada, esto, ocasionaba que las noticias se conocieran con un tiempo considerable de retraso. Era una época diferente a este presente en el que los sucesos se conocen casi en tiempo real. El asesinato sucedido en Lomas Taurinas, una colonia pobre de Tijuana, a eso de las 5:10 de la tarde, pero los noticiarios no pudieron informarlo de inmediato, incluso, “24 Horas” de Jacobo Zabludosky, el más importante medio informativo de ese momento, tardó doce minutos para saberlo. Hoy doce minutos es una eternidad. Televisa solo obtuvo algunas imágenes del arresto de los asesinos y cuando se dio la transmisión, tuvieron que repetir estas imágenes una y otra vez hasta el cansancio durante más de dos horas.
El asesinato de Colosio fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia reciente de México, para su esclarecimiento y para jugar a la justicia, se nombraron cuatro comisiones especiales para la investigación a largo de seis años. Se detuvieron y torturaron a diez personas que aparecían en el único video que se grabó del asesinato, y al final, cuando se cerró el caso de forma oficial, en el año 2000, se dio la primera versión de las investigaciones, es decir, la de que fue un asesino solitario. Mario Aburto Martínez, un joven magnicida, mitómano y contradictorio fue el culpable.
Al final y como siempre, la población quedó con muchas dudas y la canción del Tri lo reflejo de manera clara y contundente: ¡Ya nadie se siente seguro, después de ver lo que pasó, pues si a Colosio lo asesinaron tan vilmente, qué podemos esperar los demás! ¡Desde ese día todo el mundo anda, con la cola entre las patas!
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