El obispo de Tlaxcala, Julio Cesar Salcedo Aquino, convocó a los fieles católicos a orar por sus sacerdotes para que el espíritu santo los unja y mantengan su vocación por el ministerio de dios en cada una de las parroquias que representan en todo el estado.
Al celebrar la misa crismal y de renovación de las promesas sacerdotales el obispo tlaxcalteca centró parte del sermón de la ceremonia, a recientes exhortos que emitió el Papa Francisco, a propósito del jueves santo y dirigidos a los sacerdotes del mundo.
Ante una catedral de la ciudad de Tlaxcala colmada por fieles católicos, Julio César Salcedo Aquino convocó a los sacerdotes presentes a mantenerse cercanos a la gente y no actuar como funcionarios eclesiásticos que se sienten lejanos a las necesidades de la feligresía.
“El pueblo de dios necesita pastores, y no funcionarios de despacho. Entrando en la profundidad del corazón de Jesús, descubrimos lo que él siente por la multitud y por la gente que encuentra una actitud interior de compasión”.
A la vez, los convocó a convertirse en sacerdotes misericordiosos que se hagan cargo de las personas, “acompañándolas como el buen samaritano que lava, limpia y consuela a su prójimo”.
Se trata, dijo, de que el sacerdote a través de la renovación de sus intenciones, tome en serio el acompañamiento de la gente desde la convicción de que son pastores y no funcionarios.
Fue alrededor de las diez de la mañana cuando sacerdotes de diversas regiones del estado de Tlaxcala comenzaron a llegar a la explanada del Exconvento de San Francisco para participar en la ceremonia que iniciaría en punto de las once horas con una procesión al interior del templo, acompañados por el obispo.
Ahí, cada uno de los sacerdotes presentes renovó su vocación y ofreció seguir el camino de cristo para llevar su mensaje a cada uno de los rincones del estado de Tlaxcala.
Asimismo, se llevó a cabo la consagración del crisma y bendición de los santos oleos que serán llevados a cada una de las parroquias del estado que les permita realizar las celebraciones religiosas.
A las afueras de la iglesia principal de la ciudad capital del estado, la ocasión fue aprovechada por comerciantes de una gran variedad de artículos religiosos y hasta artesanales para ofrecer a los asistentes.
