El director del albergue para migrantes La Sagrada Familia, Sergio Luna Cuatlapantzi, informó que con corte al primer trimestre del 2018 se ha atendido a un promedio de mil 800 migrantes, lo que representa un aumento considerable con respecto al 2017.
En entrevista, explicó que durante el ejercicio anterior se registró una reducción en el flujo migratorio que por lo regular concentró el albergue en Apizaco en años anteriores, a partir del amago por endurecer las políticas migratorias en Estados Unidos.
Sin embargo, precisó que al observar que la realidad superó al discurso de la presidencia del vecino país del norte, la migración dio un giro para alcanzar nuevamente cifras al alza.
De hecho, estimó que el flujo migratorio que ha llegado al albergue en Apizaco durante los tres primeros meses del 2018 se ha comportado casi en los mismos índices que en el 2016, cuando también se alcanzaron altas cifras de atención migrante.
Se trata de migrantes centroamericanos aunque la gran mayoría provienen de Honduras, ya que de diez personas que atiende el albergue, por lo menos ocho son de esa nacionalidad.
A partir del amplio número de atenciones que se ha presentado en Apizaco, Sergio Luna remarcó que la reserva de víveres si bien no se ha visto mermada en su totalidad, sí han tenido que reducir las porciones para evitar que la casa del migrante colapse.
Máxime cuando la contingencia sísmica de septiembre del 2017 provocó una reducción en el número de donaciones que la población realizaba al albergue, pues la emergencia motivó a la ciudadanía entregar víveres para las personas en desgracia.
Por otro lado, cuestionado sobre la llegada de integrantes de la denominada “caravana migrante”, Sergio Luna señaló que la semana pasada se registró una amplia presencia de personas procedentes de la frontera sur, lo que provocó que la cobertura del albergue fuera insuficiente.
Incluso, informó, un grupo de migrantes tuvo que pernoctar a las afueras del albergue debido a que las camas fueron insuficientes para poder pasar la noche.
“En promedio atendimos a 100 personas diariamente, y muchos de ellos permanecieron cerca del albergue porque ya no podíamos brindarles la atención de dejarlos dormir. Estábamos saturados pero no se iban porque es un espacio seguro y que les impide ser detenidos por las autoridades migratorias”.