Gran revuelo y expectativa ha causado el anuncio de Donald Trump de enviar a la frontera un despliegue de elementos de la Guardia Nacional para asegurar la frontera en cuatro estados al sur de los Estados Unidos, mismo que ya ha empezado con 250 soldados, aviones, vehículos y equipos de vigilancia.

El secretario de la Defensa, James Mattis, ha autorizado hasta 4 mil efectivos para esta operación que está calculada hasta el 30 de septiembre, quienes estarán bajo el comando de sus respectivos gobernadores.

Se encuentra en juego la promesa del mandatario norteamericano de construir un muro a lo largo de la frontera con México, que según ha dicho, tendría que pagar el gobierno de este último país, cosa que ha sido rechazada incluso por el propio Congreso estadunidense.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dio una respuesta a este asunto que muchos han calificado de “enérgica”, pues en un mensaje videograbado, dijo que “si quiere llegar a acuerdos con México, estamos listos”, “como lo hemos demostrado hasta ahora, siempre dispuestos a dialogar con seriedad, de buena fe y con espíritu constructivo”.

Entre otras cosas, también comentó que “Estamos convencidos de que, poniéndonos de acuerdo, como amigos, socios y buenos vecinos, a ambos países nos va a ir mucho mejor que confrontándonos. Estamos listos para negociar, sí, pero siempre partiendo de la base del respeto mutuo”.

La otra parte de la opinión pública piensa que esta reacción es tardía, motivada por la jornada electoral, ya que en diversas ocasiones hemos esperado más de nuestros gobernantes en relación con la defensa de México y los mexicanos, pero nos han respondido, por ejemplo, con traer a territorio nacional al mismísimo Trump y quien muy a sus anchas y en sus narices, continuó con su discurso ofensivo.

También nos han quedado a deber respuestas en los múltiples y graves casos que han sucedido dentro del territorio mexicano, otra de las razones por las cuales no se cree en la postura del Ejecutivo nacional, pues no se han mostrado atisbos de voluntad para resolver casos como el de Ayotzinapa, o el desvío y robo de recursos a cargo de gobernadores y funcionarios, o las reformas que en lugar de favorecer, empobrecen a los mexicanos.

Ante todo este revuelo se pueden decir dos cosas, el gobierno norteamericano desde hace mucho que vigila la frontera con nuestro país, es su derecho y obligación mantener la seguridad de su territorio y de sus ciudadanos, así como puede decidir en el momento en que lo considere necesario, construir o reforzar el muro que ya existe con México, diplomáticamente hablando puede ser mal visto, pero de Trump no podemos esperar diplomacia.

Retroalimenta: malo_en@hotmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here