El pasado domingo ocho de abril se presentó en la Monumental Plaza México el novillero de Huamantla Sebastián Macías, quien mostró que pese a tener pocas oportunidades de torear, cuenta con argumentos sólidos para destacar en la competida baraja taurina tlaxcalteca.
Tenía rato que no veíamos a Sebastián en alguna novillada, y en la del domingo en La México tuvo una sola oportunidad en la que aprovechó un novillo con el que logró gustar a la asamblea reunida en la calurosa tarde del coso capitalino.
Con 20 años de edad y con una carrera taurina que inició desde los tres años en su natal Huamantla, Sebastián Macías –hermano de otros dos toreros–, charló en exclusiva para La Otra Fiesta y acepta que el camino para ser novillero no ha sido fácil.
“Inicié a los tres años de edad en la escuela taurina Fernando de los Reyes en Huamantla que en ese entonces dirigía el matador Bolivar Vasco. La profesión me ha permitido crecer mucho como persona y como torero, tengo 20 años y de becerrista no me costó mucho pero de novillero cambia todo y cuesta un poco más de trabajo”.
Al referirse a la novillada que recientemente toreó en México, Sebastián no oculta su beneplácito y el gusto que le causó torear en la plaza de toros más grande del mundo y haber gustado a la afición.
Eso sí, acepta que el compromiso de vestirse de luces para pisar la arena de la Monumental Plaza México reviste una preparación especial, genera nervios, ansiedad y miedo a la vez.
“Verte anunciado en la Plaza México es otra cosa, desde que te estás vistiendo en el hotel, desde que estas un día antes en la ciudad, no puedes dormir y cuando entras al patio de cuadrillas se te enfría todo el cuerpo”.
Asimismo, la preparación que debe llevar un torero a partir de verse en un cartel del máximo coso taurino del país crece al doble, “es una gran preparación tanto física como mentalmente, quizás más mental que física por lo que representa”.
Sin embargo, Sebastián Macías confirma en cada una de sus respuestas que no basta con tener argumentos sólidos como torero para poder agradar a la afición, para conseguir más fechas y consagrarse como un novillero importante.
La competencia actual en la fiesta brava es superior a la de antaño, son muchos toreros pero pocas las oportunidades, en eso radica la importancia de los nuevos valores por mostrarse de manera efectiva en cada oportunidad, no dejar ir las orejas, y Sebastián lo sabe a conciencia.
“Actualmente en Tlaxcala hay buena competencia, creo que somos más de diez novilleros y está reñido el ambiente, en esto cada quien tiene que triunfar para seguir avanzando ya que somos varios los novilleros que aspiramos”.
El novillero tlaxcalteca recuerda sus inicios como becerrista, en los que había un pique especial con los toreros de Aguascalientes, tierra a la que observa también como un semillero de prospectos taurinos y sería bueno, dijo, que hubiera una novillada entre “los de allá y los de acá” para medir talentos.
Y es que con otros dos toreros en casa –José Mari y Emilio Macías–, para Sebastián la competencia interna es importante, “cuando toreamos juntos sí existe el pique pero ya cada quien se hace responsable de lo suyo”.
Actualmente, Sebastián Macías lleva 22 novilladas en su creciente carrera, pero de momento no tiene compromisos en puerta.
Sin embargo, eso no es impedimento para que siga entrenando todos los días en la plaza de toros Fernando de los Reyes “El Callao” en su natal Huamantla, para pulir su toreo y conseguir altas notas cuando tenga la oportunidad de presentarse ante el público.
De hecho, si bien ha pensado en obtener la alternativa como matador de toros, acepta que aún no es tiempo, que le hace falta madurar pese al avance que ha tenido como novillero y llegar más cuajado a conseguir el doctorado.
Un día en la vida cotidiana de Sebastián consiste el levantarse muy de mañana, ejercitar el cuerpo en la plaza de toros de la calle Allende Norte 205, hacer toreo de salón y posteriormente en casa ensayar la suerte suprema con la carretilla especial para ello. A la plaza de toros llega alrededor de las 9:30 de la mañana y sale aproximadamente a las tres de la tarde.
Sebastián Macías está por terminar la preparatoria abierta y colabora también en un negocio familiar que le ha permitido empalmar la siempre complicada profesión taurina, además de que busca seguir en el estudio para tener más herramientas para enfrentar la vida.