A mi mente vino una frase que decía mi madre, “Todo tiene su momento, nada antes, nada despues”. Lo que con el paso del tiempo he confirmado y me lleva a afirmar que la actividad que se hace fuera del tiempo correspondiente se torna estéril, inútil y representa un costo muy alto. Es por ello que una de nuestras responsabilidades es saber cómo y cuándo actuar dentro de los términos de la razón.

Y esto lo comento, porque el problema al que nos enfrentamos cotidianamente,  porque actuamos antes o después de tiempo. Lo que hace empleemos y empeñemos esfuerzos y recursos en un tiempo inadecuado y con ello cuantiosas perdidas. Seguro estoy, me preguntarán: ¿Y Cómo saber con certeza cuándo y cómo actuar? Pues a simple vista no existe una solución. No obstante, si observamos a detalle, si agudizamos la percepción, si le damos la importancia a nuestros cinco sentidos, y sobre todo al sentido común. Con ello bbtendremos la respuesta acertada para dirigir nuestros esfuerzos hacia la consecución de nuestros objetivos.

En ese caso, lo importante es comprometernos en el tiempo justo y exacto, cuya causa e ideal  siempre sea el más elevado para alcanzar la meta trazada. Es por ello que el hacer, el no hacer o el dejar de hacer, sin importar el objetivo, es el primer paso que hay que realizar. Para después, corregir el rumbo y aligerar esa carga que llevamos con nosotros a cuestas.

En la seguridad de nuestro actuar, encontramos elementos que debemos utilizar adecuadamente; como la disciplina que nos aporta crecimiento y desarrollo del ser, lo que nos permite afianzar los pasos en nuestro camino. Y por poner un ejemplo tenemos a la condición que nos hace levantarnos cada mañana, sin importar el clima, nuestro cansancio o el estado de ánimo. Llevándonos al trabajo, la escuela, a una cita de amor. Con la certeza de lo que tenemos por hacer en ese momento.

Al final de cuentas, la tarea debe realizarse en su tiempo.

Un claro ejemplo de ello es, que en la sociedad cada uno es responsable de sus actos, de los hijos e incluso de la actuación de sus subordinados. Y del cumplimiento cumplimiento de su deber; pero lamentablemente hay una responsabilidad a la que no se le da la importancia que amerita y que por consecuencia se descuida.

Esta es, la responsabilidad de nuestra propia felicidad, entendiendo por tal a nuestro desarrollo y evolución espiritual.

La cual se demuestra constantemente con nuestra actitud y aptitud por la vida que es visible en cada una de nuestras fases: intelectual, social, ética y espiritual. Es natural, que tanto en proporciones como en momentos, nos podemos equivocar y por ello, la razón por la que pretendemos vivir en nuestro pasado o soñar con un futuro promisorio. De cualquier forma, en el pasado o el futuro, en ambos, perdemos sentido a nuestro hacer.

Y es que asumir la responsabilidad sobre las causas conlleva a un mejoramiento de nuestro carácter, en tanto que la responsabilidad sobre las consecuencias tiene un impacto directo en nuestra personalidad, siendo por consecuencia lógica la repetición de dicho proceso.

Frente a este panorama, preguntaría si nuestro actuar es integral, si la respuesta es positiva, volvería a cuestionar acerca de la realidad de dicha actuación, de su impacto que se logra y si concuerda con el plan que nos trazamos. Sino es así, estamos a tiempo para realizar ajustes en nuestro actuar con responsabilidad y que no es otra cosa que actuar con disciplina, responsabilidad y con el ánimo de cumplir la meta más elevada que podamos visualizar.

Mi sugerencia es hacer las cosas ¡ya! El tiempo luego, ya mero o al rato, no existe. Disfrutemos el presente, dejemos la melancolía por el pasado y el anhelo de un futuro que ya pasó.  Los miedos que nos general los diferentes tiempos, demuestran una personalidad inmadura e indecisa que solo acarrea insatisfacciones, malos sabores de boca y problemas que tarde o temprano acabarán minando nuestra vida. Por ello, los conmino a actuar con disciplina, orden y disposición. Actuemos con descición y seamos los protagonistas de la historia. Si, nuestra historia, porque eso también es Dar de sí, antes de pensar en Sí.

Porelplacerdeservir@hotmail.com

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here