Con la presencia de familiares, amigos, elementos municipales de otras corporaciones y habitantes en general, autoridades municipales de Zacatelco rindieron honores a los policías que perdieron la vida en cumplimiento del deber.

Se trata del comandante Maurilio Vargas Lima y al escolta de comandante Oswaldo Camacho Amador, quienes perdieran la vida el pasado jueves alrededor de las 20:00 horas al combatir a presuntos huachicoleros.

En la plaza principal del municipio, el presidente municipal Tomás Orea Albarrán agradeció a todos los presentes por acudir a este merecido y sentido homenaje, “esta mañana nos hemos reunido para despedir a dos personas importantes para este gobierno municipal, quienes lamentablemente perdieron la vida en el cumplimiento de su deber, hoy en Zacatelco lamentamos profundamente la pérdida de nuestros elementos”.

Dijo que la actual administración admira su valentía, disciplina y honor para realizar su trabajo, “quiero agradecer a las familias de Maurilio y Oswaldo por inculcarles principios que hoy nos permiten admirar su valor”.

Destacó que la labor de los dos elementos municipales siempre fue fundamental para mantener la seguridad del municipio sureño y el puntual combate al crimen. Dijo que los fallecidos destacaron siempre por su espíritu de liderazgo y entrega.

Por otra parte, desaprobó el delito de uso ilegal de hidrocarburos, “así como el acto vil y cobarde que realizaron los delincuentes que atacaron a nuestros policías, tengan por seguro que de manera personal le doy seguimiento al asunto legal para obtener justicia”.

Para finalizar, el director de Seguridad Pública del municipio lamentó el fallecimiento de dos de sus compañeros, “esto nos recuerda que la vida es un instante, como un abrir y cerrar de ojos”.

Resaltó que los elementos caídos siempre demostraron profesionalismo y lealtad al municipio.

Posterior a esto, elementos federales estatales y de diversos municipios realizaron escoltas de honor a los dos policías fallecidos, de igual forma, elementos del cabildo encabezados por el alcalde hicieron lo propio para después despedir a los cuerpos del municipio al que sirvieron.

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