Desde los nueve años de edad, Pablo Martínez “Finito” soñó con que algún día pudiera convertirse en un torero tlaxcalteca importante, representar a su estado y consagrarse como un matador de toros de trascendencia en México una vez que obtenga el doctorado taurino.
La Otra Fiesta del Periódico Síntesis charló en exclusiva con el oriundo de El Carmen Xalpatlahuaya, comunidad de Huamantla, quien ya se encuentra en tierras ibéricas para probar suerte, y sobre todo, pulir su toreo nada más y nada menos que en la Escuela de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid José Cubero “Yiyo”.
Gracias al apoyo de la fundación altruista “Martha Aurora”, logró el sueño de convertirse en un integrante más de la escuela taurina más importante del mundo.
Su aventura por los toros no ha sido sencilla, reconoce que desde la niñez observó lo complicado que es la profesión taurina, sin embargo, acompañado de su abuelo a las plazas de toros, a temprana edad descubrió también su vocación.
“No tengo antecedentes taurinos, soy el primero de mi familia que quiere ser torero. Yo acudía a los toros de la mano de mi abuelo paterno que fue el primero que me llevó a las plazas y de ahí ya fue que me nació la idea de querer ser torero.
Inicié a los nueve años y a los doce empiezo a entrenar en una escuela en Huamantla, pero no pasó nada, nadie me enseñaba y a los quince entro con el matador Uriel Moreno, y hace año y medio me ven algunos profesionales taurinos como el matador Guillermo Ibarra y me empezó a echar la mano para poder torear”.
El año pasado fue provechoso para Pablo Martínez, si bien fueron pocas las oportunidades de poder torear, para él como novillero sabe a gloria matar hasta ocho novillos en plazas importantes como Aguascalientes, Zacatecas, Monterrey, San Luis Potosí y Orizaba.
No sólo eso, a lo largo de los meses ha podido tentar vacas en diversas ganaderías no sólo de Tlaxcala sino de otras entidades.
¿Que tanto ha evolucionado tu toreo desde tus inicios?
“Bastante, aquí el punto no sólo es entrenar, lo importante es estar entrenando pero haciendo campo, el año pasado maté ocho novillos y pude hacer mucho campo, me echaron vacas en ganaderías y eso fue un avance muy grande para poder prepararme para cosas importantes como ahora que entro a la escuela taurina de Madrid”.
Hace un par de años, “Finito” tuvo un percance en la ganadería tlaxcalteca de Tepetzala que prácticamente lo dejó inhábil durante un año, debido a que recibió un pitonazo en la muñeca derecha.
Los tendones prácticamente le quedaron destrozados, pero gracias a las facilidades que le otorgó la doctora Alma Sampedro –conocida en el ambiente taurino de Tlaxcala–, es que logra intervenirse en el Hospital Regional de Tzompantepec y recuperar la fuerza de la mano derecha.
Actualmente la competencia taurina en la entidad tlaxcalteca no es desconocida para Pablo Martínez, sin embargo, eso no merma su sueño de convertirse en referente de la fiesta brava tlaxcalteca.
“Acá en Tlaxcala parece que hay ‘más toreros que estudiantes’, desconozco cuántos habremos pero por lo menos unos 100 sí hay. Y no sólo aquí, por ejemplo en Aguascalientes en donde estuve entrenando en la academia taurina también hay un buen número de toreros”.
¿Cuáles son tus perspectivas a corto plazo?
“Todas las cosas tienen que hacerse con un plan, y ahora que entro a la escuela taurina de Madrid quizás en un par de años estar recibiendo la alternativa en mi tierra en un cartel importante con los matadores Uriel Moreno “El Zapata” y Angelino”.
Pablo Martínez “Finito” llegó a España el miércoles de la semana pasada, y tiene previsto permanecer en la capital española hasta diciembre próximo, y advierte que hay posibilidades de que pueda torear algunas novilladas sin picadores en aquellas tierras.