Muchos taurinos han comparado la trascendencia cultural taurina que tiene el estado de Tlaxcala con el de Aguascalientes. Ambos territorios cuentan con un importante número de aficionados a los toros, aunque pareciera que la forma en la que se impulsa a los nuevos valores es distinta en aquellas tierras.
A propósito de la Feria Nacional de San Marcos en tierras hidrocálidas, nuevamente como cada año la ciudad de Aguascalientes demuestra porqué es una de las sedes más taurinas del país.
Basta con recorrer sus calles, sus plazas, sus jardines y desde luego, su tradicional Barrio de San Marcos en donde se celebra una de las pocas ferias que a nivel nacional se realiza en la calle, y que no cobra por acceder a su espacio.
El ambiente taurino se percibe en cada rincón de la ciudad de Aguascalientes, y en tiempos de feria es aún más la pasión que tanto chicos como grandes viven por la fiesta brava.
Sus tardes de novilladas en la pequeña plaza San Marcos, a unos cuantos pasos del templo construido en honor al evangelizador, se llenan hasta las banderas y el ambiente es inmejorable para ver a los nuevos valores de la fiesta brava hidrocálida.
No por algo, esa ciudad y su Academia Municipal se han convertido en semilleros de toreros. A los novilleros –desde luego no a todos–, se les impulsa y da seguimiento para convertirlos en promotores no sólo de su tierra, sino de la tauromaquia nacional.
Ahí están, por ejemplo, los casos de Arturo Macías, los hermanos Adame, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar, y ya vienen empujando otros más que han destacado en su presentación como novilleros en diversas plazas del país, entre éstas la Monumental México.
Y ni qué decir de las corridas de toros en la Monumental de Aguascalientes, ubicada al final de uno de los más amplios corredores donde los “feriantes” disfrutan de las tardes y noches de banda, norteños y desde luego, de conversaciones taurinas.
El sabor que se vive en la Feria Nacional de San Marcos es especial, invita al turista a regresar cada año con la ilusión de ser testigo de importantes festejos taurinos en su plaza monumental.
No es en vano que esta feria reivindique su posición como la mejor de todo el país, no sólo en términos de los espectáculos culturales y artísticos que ofrece, sino por la importancia que se le da a la fiesta brava.
Este año, la feria taurina estuvo dedicada al recientemente extinto matador de toros Miguel Espinosa “Armillita Chico”, quien fue un consentido de la afición hidrocálida y mexicana. El sábado 28 de abril se develó un busto en su memoria que será colocado en algún espacio de la explanada de la gigantesca plaza aguascalentense.
Qué importancia hay en que los sectores taurinos organizados hagan fiesta continuamente a través de festejos serios, impulso de los nuevos valores y la organización de eventos culturales de corte taurino.
Mucha. No por nada la ciudad de Aguascalientes se ha convertido en puntera en materia de afición taurina, y desde luego, es comparada con la tierra tlaxcalteca.
En recientes entrevistas que este reportero ha realizado a novilleros locales, el común denominador es la comparación entre Tlaxcala y Aguascalientes.
No han sido pocos los novilleros que han visto con añoranza que en nuestro estado no se impulsen las carreras novilleriles de aquellos con condiciones, como se hace en Aguascalientes.
Desde luego que no a todos se les puede dar la oportunidad de figurar, pues de todos es sabido que el ambiente taurino es sumamente complicado para aquellos que aspiran a formar parte de las largas filas de toreros, y de los cuales, muchos se quedan en el camino.
Sin embargo, Tlaxcala figura a nivel nacional como una sede taurina de las más importantes del país a partir de los eventos culturales que se realizan y precisamente la cultura y afición que hay a los toros en más del 50 por ciento de los municipios locales.
Aunque el principal pendiente que existe y que quizás sólo se garantiza en la plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, es la seriedad en los encierros. Si bien la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero” no es de primera categoría, sí sería relevante que con base en su historia taurina, se pudiera dignificar y revalorar la fiesta con encierros que cumplan, cuando menos, con la edad reglamentaria.