En una más de las peligrosas ocurrencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está llevando llevado a los hechos sus características intimidaciones que surgieron desde el momento mismo de su campaña presidencial.

Continúa demostrando que la diplomacia y la política de alto nivel no son lo suyo, y ha optado por desatar una guerra comercial con repercusiones en todo el mundo, el Departamento de Comercio de aquel país anunció la suspensión de los aranceles a la importación del acero y aluminio de la Unión Europea, Canadá y México, sin importar los acuerdos previos que históricamente se han logrado, misma que ha provocado reacciones en el mismo sentido.

La situación previamente ya había sido emplazada, es decir, Trump ya había lanzado sus amenazas al decir que su país ha sido víctima de los tratados comerciales con el exterior, para finalmente cumplir con aranceles del 25 por ciento y 10 por ciento a estos productos tan importantes en la industria de la construcción y para el desarrollo de infraestructura, entre otras aplicaciones.

México, por su parte, respondió de igual forma, con impuestos por 3 mil millones de dólares a la vez que abrió espacios para importar mercancías con la Unión Europea, de esta forma se hace frente al impacto arancelario de EU.

Ildefonso Guajardo, secretario de Economía mexicano, explicó que tratan de minimizar un impacto en la inflación y en costos para consumidores, a la vez que interpuso una controversia comercial contra el vecino país ante la Organización Mundial de Comercio.

También busca en la Unión Europea un aliado al abrirse a la importación y minimizar los costos a los consumidores con el cobro de aranceles a 200 productos de forma escalonada, como a la carne de puerco, a los quesos, las manzanas, whisky, arándonos rojos, “sí habrá impacto, pero será mínimo”, dijo.

Ante la respuesta que también tuvo Canadá lo único que ha atinado a decir el mandatario estadunidense es que sería un error que los demás países respondieran en el mismo sentido, esto en el marco de la cumbre del G7, oportunidad que no desperdició para seguir lanzando amenazas de guerra comercial a los aliados mientras que recibía recriminaciones, cuestión que queda clara en una fotografía que ha dado la vuelta al mundo.

La sesión de este grupo fue tensa, pues no fueron suficientes los argumentos y las estadísticas para hacer entrar en razón al presidente norteamericano, en las fuentes de trabajo que se generan para sus ciudadanos y de los inversionistas, quien por el contrario, amenazó con cesar sus relaciones comerciales con sus socios si no cambian sus políticas, a pesar de haber sido clara respuesta a sus acciones.

Mientras tanto, el mundo se mantiene expectante por la reunión entre el presidente Trump y el líder de Corea del Norte, de la que surgirá el posible desmantelamiento del arsenal nuclear de este último país en las siguientes tres décadas, asunto que cuenta con el optimismo del presidente Trump, así de ambivalente el humor de este personaje.

Retroalimenta: malo_en@hotmail.com

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