Como si fuera sacada de una novela de la literatura taurina, la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” concentra en su historia un sinnúmero de episodios que la han instalado como una de las más bonitas del mundo.
Construida en el siglo XVIII, es considerada aún en la actualidad como un escenario taurino con mucha solera, sabor y tradición, que se viste de gala para recibir a los visitantes locales, nacionales y extranjeros en cada edición de la feria anual del estado.
El campanario, inseparable compañero
Por su arquitectura y tamaño, apenas puede albergar a un aproximado de dos mil 500 personas, sin contar a los curiosos que se instalan en cada tarde de toros en la zona de su eterno compañero: el campanario del ex convento franciscano.
Toreros como el extinto Rodolfo Rodríguez “El Pana” llamaban precisamente a esa parte como el “segundo tendido de sol” y quienes siempre son tomados en cuenta por los toreros para brindar la faena a toda la asamblea reunida.
Las inmediaciones del inmueble de la calle Independencia número 24 en pleno centro de la capital tlaxcalteca se convierten en una auténtica romería. La vendimia de artículos taurinos copa el lugar y prepara el ambiente para lo que será la tarde de toros, que se conjuga con el ambiente cálido y nostálgico de la temporada de celebración del “Día de Muertos”.
Recuento de la historia
De acuerdo con datos de diferentes crónicas de la fundación y evolución de la antiquísima ciudad de Tlaxcala, el primer festejo taurino que albergó la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” se celebró en la década de los años treinta del siglo XVIII, en conmemoración de la victoria de España sobre los moros en el proceso histórico conocido como la Reconquista.
Sin embargo, otros datos más certeros establecen que la primera corrida de toros se llevó a cabo el dos de noviembre de 1945, en una tarde en la que se dio muerte a cuatro novillos de las dehesas tlaxcaltecas de Piedras Negras, Zotoluca, Coaxamalucan y Rancho Seco.
En esa ocasión, los matadores que se presentaron fueron Ramón López y el prócer de la tauromaquia local Jorge Aguilar.
Algunas crónicas advierten que en el año de 1732 se construyó en la ciudad de Tlaxcala una edificación similar a la Torre de los Almaraz en la localidad del mismo nombre en la provincia de Cáceres en España, y que efectivamente cobra un parecido a la plaza de toros y la torre del campanario en Tlaxcala.
Se supone que ese escenario se utilizó como sede de escenificación del combate entre moros y cristianos, aunque concluyó con la celebración de espectáculos taurinos en la capital de Tlaxcala, primer estado que recibió un escudo de armas de la corona española.
Homenaje a matador tlaxcalteca
El actual nombre de la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” le fue otorgado en el marco de Tlaxcala la Feria en noviembre de 1981, precisamente en reconocimiento y honor al extinto matador tlaxcalteca que creció viendo toros bravos en la legendaria ganadería de Piedras Negras.
A 72 años de haber sido construida, la también llamada “tacita de plata” ha visto pasar por su arena a importantes figuras de la talla de Julián López “El Juli”, Morante de la Puebla, Enrique Ponce, Pablo Hermoso de Mendoza, Cesar Rincón, Jorge Aguilar “El Ranchero”, y Rodolfo Rodríguez “El Pana”, entre otros de una larga lista.
El ruedo más antiguo
De acuerdo con la revista especializada en destinos turísticos de especial atractivo México Desconocido, la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” alberga el ruedo más antiguo que continúa en uso en América y es también uno de los más bellos.
Por su parte, el sitio oficial de la Secretaría de Turismo del gobierno del estado de Tlaxcala, señala que “se tiene información de que a partir del año de 1867 ya existía un redondel en este sitio. Durante el siglo XX se hicieron las modificaciones hasta quedar como ahora la conocemos”.
Entre los festejos taurinos que destacan en ese escenario se encuentra la tradicional corrida de Sábado de Gloria, la corrida de la Unión de Periodistas de Tlaxcala, y las del serial taurino de la feria que se celebra a finales de octubre y principios de noviembre.
Actualmente, la plaza de toros de la capital tlaxcalteca se encuentra en el catálogo de monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y es muy probable que este mismo año sea declarada como Patrimonio Cultural Tangible de la ciudad.