Este domingo 16 de septiembre en la plaza Jorge Aguilar “El Ranchero”, fuimos testigos de una tarde de toros en la que tres jóvenes toreros dejaron huella de su buen toreo, ante un encierro De Haro de desiguales condiciones, entre los que resaltó el cierra plaza.

El ambiente fue el propicio para que la afición pudiera disfrutar de una tarde de toros en la que tanto Gerardo Rivera, como Héctor Gabriel y José Mari Macías, dieron lo mejor de sí para agradar a por lo menos tres cuartos de plaza.

El primero en mostrar sus credenciales fue Gerardo Rivera, torero de Apizaco que saludó con suaves capotazos a un bien presentado pero “muy arreglado de cuernos” toro de nombre “Señalado”.

Alguien en el tendido observó el “trabajo” que tenía en la cornamenta ese toro y por lo menos en un par de ocasiones lo hizo notar, pues la trampa era evidente.

Sin embargo, eso no impidió que Gerardo Rivera pudiera mostrarse con el toro. Colocó banderillas de buena manera, tercio que remató con un par al violín.

Con la muleta logró pases de buena factura, se le vio variado en una faena en su totalidad derechista, aunque al toro se le terminó rápido el gas y terminó prácticamente parado en la suerte suprema.

Con su segundo toro, Gerardo Rivera logró cortar la primera oreja del festejo ante un complicado astado al que logró meter a su muleta, aunque el ejemplar calimocheaba al momento de salir del pase, aunque eso sí, resultó muy ágil y quería devorarse la muleta en casa pase.

Fueron por lo menos dos tandas de derechazos que la asamblea reunida acompañó con el eco del olé, para posteriormente presenciar la suerte suprema en la que Rivera dejó una media en buen sitio que provocó la muerte del cuarto toro de la tarde que, a la postre, le concedió el primer trofeo.

Tarde de arte en Corrida de Independencia

Tarde agridulce

Para el poblano Héctor Gabriel, la tarde fue agridulce. Con su primer toro que le tocó en suerte pudo mostrarse mejor, pese a que el ejemplar tenía un defecto al embestir. Eso sí, logró buenas tandas por suaves naturales que paladearon los diletantes.

El toro era avisado, pero no bravo. Tenía poca transmisión, pues pasaba nada más a la muleta de Héctor, quien se sintió a gusto y logró tandas de pases bien logradas que también emocionaron al tendido.

Ya en la suerte suprema, el poblano después de cinco intentos y escuchar un aviso de la autoridad de plaza, logró dejar tres cuartos de acero que provocaron la muerte del segundo toro de la tarde.

Con el segundo toro, Héctor Gabriel lució confundido, fue un ejemplar efectivamente complicado, pero que sí tenía pases, pues de hecho consiguió algunos de buena factura, aunque el toro se fue para arriba y el torero batalló para poder entenderlo.

Para terminar con la tarde cuesta arriba que tuvo el torero, estuvo mal con la espada y escuchó la trompeta de los avisos en dos ocasiones, antes de que el toro se entregara a la muerte allá por la puerta del arrastre.

Tarde de arte en Corrida de IndependenciaDe apoteosis

El torero de Huamantla, José Mari Macías, estuvo en plan grande. Desde el primer ejemplar que lidió tuvo instantes de arte y pinturería que se quedaron congelados en el tiempo. Fue un bonito toro aplaudido de salida, aunque la calidad en las embestidas no era la mejor, pues terminaba el muletazo con un derrote y la cabeza a media altura.

Pese a que intentó agradar al público, las embestidas del toro no le ayudaron demasiado para mostrar el toreo suave que le conocemos a José Mari Macías que, no obstante, le sacó sabrosos muletazos.

Con el segundo toro, José Mari Macías logró una faena de mucho arte. El toro De Haro “Despeinado”, mostró un comportamiento atractivo desde el inicio. Con el capote, el torero huamantleco logró un saludo atractivo que combinó lo mismo con deletreadas Verónicas que con ajustadas chicuelinas en los medios.

Después de recibir un buen puyazo en buen sitio, el torero ejecutó un vistoso quite que remató con una revolera para levantar el ánimo de la afición reunida en la plaza de toros.

Ya con la muleta, José Mari afianzó el toreo que le conocemos, un toreo despacio, suave, alegre y sin que busque captar el aplauso fácil.

El toro ayudó mucho en la labor muleteril del huamantleco que en todo momento entendió a su colaborador y le sacó los mejores pases de la tarde, lo mismo por derechazos que por naturales.

De tanto que se arrimó al toro el vestido de torear le quedó tinto en sangre. Se ajustó tanto a las embestidas del toro que mostró un comportamiento repetitivo en la muleta y que sacó los olés más profundos de la afición.

Ya para cerrar la faena, José Mari ejecutó unas ajustadas manoletinas frente a la puerta de cuadrillas que asustaron a más de uno en la plaza.

Bajo la mirada y consejo cercano de sus hermanos novilleros desde el callejón, el torero de reciente alternativa logró por nota la suerte suprema al dejar una estocada entera en buen sitio que causó una rápida muerte al toro cierra plaza que fue premiado con el arrastre lento.

Tarde de arte en Corrida de Independencia

En general la tarde fue positiva para los tres toreros que dejaron huella de sus estilos de torear. Son tres toreros jóvenes que pintan pa’ buenos y que buscan posicionarse como favoritos entre la baraja taurina en nuestro país.

Los toros de la ganadería De Haro tuvieron buena presencia, aunque en algunos casos contrastó con su comportamiento. En banderillas, destacaron los subalternos Gerardo Angelino y el conocido “Niño del Bar”, este último, mereció la salida al tercio tras colocar dos pares de banderillas de buena estructura.

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