En la actualidad las definiciones de MUSEO se han visto enriquecidas por las propuestas que han surgido como alternativa para la exposición de obras artísticas en el espacio público. La definición de MUSEO quiero decir, se ha expandido.
A finales de los 60´s aparecen los primeros ejemplos de arte urbano en las paredes de los barrios de Nueva York. Pintas hechas con aerosol por adolescentes que colocaban su seudónimo para amigos o enemigos de otros barrios. Taki 183 fue el comienzo. Demetrius era un joven griego de 17 años que vivía en la ciudad de Nueva York, comenzó a poner su apodo: Taki, diminutivo de su nombre y 183, la calle en donde vivía. Demetrius era mensajero y por tanto se movía por toda la ciudad en metro, es así que en el trayecto colocaba su tag (firma) por todas partes. Posteriormente, fue entrevistado y declaró a la revista New York Times: “Simplemente es algo que tengo que hacer. Trabajo, pago mis impuestos y no hago daño a nadie”, esto lo convirtió en un héroe y poco después fue imitado por cientos.
Es en los 70´s cuando el grafiti toma su nombre y genera mayor complejidad e incorpora imágenes populares o de dibujos animados y comics. Más tarde, el grafiti junto con el break dance, el rap y los mc´s consolidan un movimiento denominado: hip-hop.
En México, el muralista David Alfaro Siqueiros fue precursor en la utilización del aerosol para pintar sobre muros, este artista ocupó pistolas de aire en su visita a Norteamérica. Hace poco se encontraron unos murales suyos bajo varias capas grisáceas de pintura en un templo coreano de Los Ángeles California. Se sabe que por su contenido político provocaron la salida de Siqueiros de aquel país.
En los 80´s, el grafiti en México fue realizado por punks y metaleros en barrios marginados a las orillas de las ciudades, en los llamados “cinturones de pobreza”. Tijuana y luego el defe fueron los puntos de inicio. Al principio el grafiti se convirtió en una manera de orinar el espacio y reclamar derechos sobre el barrio. En los 90´s el grafiti transmuta y se desarrolla y consolida de forma importante en nuestro país. Inunda las ciudades. Se dan los primeros festivales y encuentros e incluso instituciones de gobierno apoyan diversas iniciativas alrededor de esta práctica.
Actualmente nadie puede dudar del grafiti y su poder transformador de los entornos cotidianos y como una manera de sacar el arte del museo. Las calles se han convertido en un gran bastidor en el que los artistas, con sus pinceles de Goliat, producen las imágenes que nos interceptan en nuestro andar cotidiano proponiendo otras posibilidades de la realidad. Gracias a esta técnica contemporánea del arte y su desarrollo creativo en el espacio público, se han producido en casi todas las ciudades algo a lo que yo llamo: Museos Urbanos. Estos, son una apropiación que hacen los artistas clandestinos del grafiti para producir narrativas a través de su técnica en algunos lugares abandonados o donados por la comunidad. La Ex-Fábrica de San Bruno en Xalapa es un claro ejemplo de ello. Este lugar fue un centro de producción textil y también de proletarios, y que con los años se convirtió en un lugar símbolo de aquel poblado. Después de haberse quemado y luego de haber sido desvalijada por “Los Zetas”, La Ex-Fabrica fue tomada por el barrio y entre canchas de futbol, esqueletos de naves industriales, talleres de box y lucha libre, así como de familias, adolescentes o personas inhalando algún solvente, se puede apreciar decenas de increíbles obras de arte del grafiti: mundos surrealistas, metafísicos, con referencias a videojuegos o caricaturas, también los hay estrambóticos, realistas, punks, folclóricos, cursis, costumbristas, experimentales, una variopinta posibilidad de cuadros, sumergidos todos ellos en un ambiente que parece derrumbado pero que ha sido revivido y reactivado por ellos, los grafiteros, que también son la comunidad. En el barrio nadie dice o da permiso de decir que es el arte, pues todos tienen oportunidad de hacerlo, es decir, ahí todos lo viven, mientras unos lo hacen y otros lo inspiran.
