Abel Benítez Figueroa, es un innovador y orgullo tlaxcalteca que el mes de septiembre viajó a Tokio Japón, para presentar su proyecto Inmensidad en el Festival Vive México, el cual lleva ya tres ediciones.
“Para hablar del Festival Vive México, me tengo que remontar al año pasado, participamos en otro festival que se llama La Fiesta de los Muertos en su quinceava edición en la ciudad de París, Francia, ahí nos presentamos con el proyecto Inmensidad, al parecer les gustó y nos invitaron a presentarnos en la ciudad de Tokio”.
Abel Benítez relató que representó a México junto con otros artistas provenientes de Oaxaca, Ciudad de México y Monterrey.
“Esto coincidió con el 130 aniversario de las relaciones diplomáticas México-Japón y a nosotros, nos tocó inaugurar este festiva en el Instituto Cervantes, del gobierno español, el cual promueve la cultura del habla hispana”.
Aseguró que vivir esta experiencia fue fantástico, además de compartir el espacio con un colectivo de pintores oaxaqueños, quienes son japoneses pero radican en Oaxaca.
Abel no fue solo, pues parte de su equipo está conformado por Fernando Larios del Río, ingeniero de audio y músico, además de otro colaborador que no acudió en persona “pero sí en nuestro pensamiento, es David Ramírez Hernández”.
¿En qué consistió tu presentación en Tokio?
“Llevamos dos interfaces del proyecto Inmensidad, fue una instalación itinerante para moverla a distintos lugares ya así aprovechar los pocos días para no exponer en un solo lugar”.
Sus presentaciones fueron en el Instituto Cervantes y en la Embajada de México en Japón, luego y gracias a su aceptación, surgió un nuevo espacio en el Liceo Francés en Tokio, presentación dirigida a estudiantes de primaria a preparatoria.
¿Qué es Inmensidad?
La interface de Inmensidad es la tercera que realizamos, esta vez está compuesta de circuitos electrónicos residuales, en su mayoría de chatarra electrónica y consiste en la interacción con una planta, en este caso elegimos una “suculenta”, la conectamos y lo que la interface hace es que las personas interactúan con la plana.
“Las plantas no tiene ojos, no tiene oídos, pero nos perciben a través de nuestro campo electromagnético y lo que hacemos es que cuando la planta nos siente, emite una huella de ruido, la cual la traducimos en señales eléctricas y las pasamos por un microprocesador que las transforma en sonidos, luz, imágenes o lo que queramos”.
Abel Benítez aseguró que esta es una forma en la que el espectador puede darse cuenta que las plantas son seres vivos y además pueden generar una interacción, a lo que llamó “conversación” con la plana.
“No solo es que toques a la plata, con la simple proximidad, ella responde de una manera y cuando la tocas, hay otra respuesta”.
Las expectativas del viaje a Tokio
El viaje para Abel era solamente para “ver qué pasaba” en uno de los lugares futuristas y con tecnología avanzada.
“Queríamos ver qué pasaba, cuál era la reacción de los japonenses con un artefacto elaborado por gente de Tlaxcala, la verdad es que terminamos sorprendidos de la gran aceptación y del interés que tiene por el proyecto Inmensidad allá, recibimos buenos comentarios de arquitectos, de gente especializada en el desarrollo de dispositivos electrónicos y todo fue muy favorable”.
Japón es un lugar donde existe una gran conexión entre la naturaleza y el ser humano, ahí se busca una especie de dominio o convivencia sobre esta, pues en ese país se pueden apreciar inmensos jardines, y árboles bonsái.
“Muchas de las familias tiene hortalizas o cultivan en sus casas, es uno de sus pasatiempos, entonces hay una convivencia con las plantas entre las familias que habitan en sus micro departamentos”.
Tecnología replicada
El Orgullo Tlaxcalteca dio a conocer que un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja en un proyecto similar, en el cual usa plantas, consiste en que una persona entre a un lugar y se prendan automáticamente las luces, esto gracias a la percepción de las plantas.
“Platicamos eso en Japón y les interesó mucho esta posible interacción, donde la naturaleza convive con lo tecnológico, creo que por ahí existe la conexión entre la arquitectura y nuestro proyecto”.
Desde el plano educativo, dijo, el objetivo es generar conciencia entre los niños para que aprendan que las plantas son seres vivos, que reaccionan a los estímulos, por lo que consideró a Inmensidad un proyecto relevante y pedagógico.
Informó que el proyecto Inmensidad lleva ya cinco años de existencia y cada año se presentan en el panteón de La Candelaria Teotlalpa.
“Es el lugar donde nació este proyecto y cómo se dio a conocer a la comunidad, de ahí salió la invitación de presentarlo en Europa (París) y de ahí nos mandaron a Japón”.
Abel agradeció a todas y cada una de las instancias e instituciones que los apoyaron para realizar este viaje, en donde no solo dieron a conocer su trabajo, sino que pusieron en alto el nombre de México y sobre todo el de Tlaxcala.