Tan controvertida se está haciendo la consulta acerca del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) que vale la pena hacerse más de una pregunta sobre la misma. Ya habíamos sugerido poner la consulta a consulta. Un borrador de esta hiperconsulta se muestra a nuestros lectores.

1. ¿Tiene usted la más remota idea de por qué es mejor hacer el aeropuerto en Texcoco o en Santa Lucía?

Esta pregunta es la base de toda validez respecto a la consulta. Preguntar algo implica que la gente por lo menos sabe qué le están preguntando. Reducirlo a un simple Sí o No es evadir el problema.

2. ¿Cree usted que la decisión sobre la ubicación del NAICM debe recaer en el escrutinio público?

Jorge Luis Borges alguna vez dijo que la democracia era un abuso de la estadística. Nunca como en este caso se justifica la frase del genial escritor argentino. Es absurdo que este tipo de decisiones se dejen a una masa que se puede basar en muchas cosas excepto en la conveniencia técnica o económica de dicha decisión. Votamos por prejuicios, miedo, ideas inducidas, identificación emocional con los actores de la vida política. Por lo menos este tipo de decisiones deberían pasar por la razón y no por la emoción.

3. ¿Es legal un ejercicio (por muy democrático que se quiera) cuando no lo organiza un gobierno en funciones sino un partido político y cuando no lo sanciona un instituto ciudadanizado como el INE?

Alguien podrá decir que la credibilidad del instituto no está en su mejor momento y que su participación nada podría garantizar. Pero si esto es así, ¿no es la contienda arbitrada por el instituto la que le dio su aplastante victoria a Andrés Manuel López Obrador?

4. ¿Se le puede llamar con propiedad “consulta” si no todos los mexicanos tendrían posibilidades de votar?

Porque resulta que sólo 538 municipios estarán cubiertos por las mesas de votación, de un total de 2 mil 458 que existen en el país. Los organizadores de la consulta han argumentado que en estos municipios habita el 79 por ciento de los pobladores del país, lo que la convierte en una súper encuesta, quizá la más grande jamás realizada, pero nunca una verdadera consulta. Porque el 21 por ciento que no pueden dar su opinión también son mexicanos como los otros.

5. En su opinión, ¿cuál es la verdadera razón de hacer la encuesta?

Esta pregunta tiene sentido porque durante toda su campaña AMLO utilizó el tema del NAICM como argumento para mover voluntades contra el gobierno actual. El inmenso capital político de López Obrador sería suficiente para tomar la decisión de cancelar la obra. ¿Teme a las consecuencias negativas en lo económico? ¿O es una forma elegante de lavarse las manos para dar marcha atrás en esta propuesta que fue clave en su campaña?

6. ¿Cuántas cosas tanto o más importantes en México se han realizado, se realizan y se realizarán sin consultárselo a la clientela electoral?

Si toda toma de decisión importante pasa por este filtro, el gobierno puede caer en parálisis o por lo menos en una artritis peligrosa. Pero, sobre todo, ¿qué importa, si existe el peligro inminente que los machetes derroten a las boletas electorales?

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