Con algunos casos paradigmáticos en materia de conservación del patrimonio y vínculo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con las comunidades de Tlaxcala, a la fecha en esa entidad se han restaurado 48 de los 134 inmuebles afectados por los sismos de septiembre de 2017.

De acuerdo con los diagnósticos del Centro INAH Tlaxcala, el estado tuvo un daño medio en su patrimonio histórico, comparado con los territorios cercanos al epicentro del sismo en los linderos de Morelos y Puebla. De este modo se contabilizaron 134 inmuebles vulnerados: 11 con afectaciones severas, 12 con moderadas y 111 con menores; además de 17 registros de bienes muebles afectados.

El director del Centro INAH Tlaxcala, Eduardo Emilio Velázquez Gallegos, informó que hasta el momento se han restaurado 48 inmuebles y se mantienen procesos de obra en 12 edificios, algunos de los cuales han probado ser ejemplo  en el vínculo comunitario, o bien, en la conservación del patrimonio cultural y la prevención de mayores afectaciones al mismo.

“A diferencia de otras dependencias, el INAH, por su encomienda institucional, trabaja en las partes más sensibles de las comunidades, tiene un contacto directo con ellas. Y en el contexto de los sismos, esto nos dio la oportunidad de poner al instituto en su justa medida dentro de las poblaciones, al mismo tiempo que permitió a muchas personas darse cuenta del valioso patrimonio con el que conviven diariamente”.

Entre los inmuebles afectados, dijo, está la Parroquia de San Francisco Tepeyanco, en el municipio de Tepeyanco, cuya cúpula de 12 metros de diámetro se fraccionó en seis gajos pero no llegó a colapsar, por lo que en aras de evitar riesgos a causa de réplicas u otro fenómeno tectónico, se optó por realizar dos acciones durante la fase de atención emergente.

Una de ellas consistió en retirar, con el apoyo de grúas industriales, la linternilla del templo construido en el siglo XVII. Dicho elemento también había presentado fracturas pero, además, sus 23 toneladas de peso ponían en riesgo y fatigaban a la vulnerada cúpula y, a su vez, a los retablos y la decoración interior del inmueble.

“Asimismo, se realizó un ‘vendaje’ a la cúpula, por medio del cual se colocaron bandas de fibra de carbono a su alrededor para evitar que hiciera esfuerzos de expansión hacia el exterior, al tiempo que se contuvo a las fisuras que tiene en sentido meridional”.

El titular del INAH en la entidad agregó que el edificio está en vías de iniciar su restauración. No obstante, se han adecuado espacios anexos provisionales para permitir el culto y, del mismo modo, se inició el Proyecto de Conservación y Restauración de los Bienes Muebles e Inmuebles por Destino del Templo de San Francisco Tepeyanco, que contempla la atención de los retablos del siglo XVIII, pintura mural, molduras, pinturas de caballete, escultura policromada y pilas bautismales, entre otros bienes que aloja.

En más de 50 piezas y sus accesorios (coronas o cruces), equivalentes a 70% del universo de bienes muebles del templo, se concluyó su limpieza superficial; luego de ello se embalaron y registraron a fin de resguardarlas hasta que sea idóneo colocarlas en su lugar original.

Velázquez Gallegos comentó que otro caso es el de la Parroquia de San José, en el centro histórico de la capital tlaxcalteca, cuya torre sur desprendió su linternilla —elemento que además impactó en el sotocoro durante su caída— y sufrió daños que llevaron a realizarle una intervención temporal con estructuras de acero que, “a manera de muletas”, contienen su cupulín y aseguran sus elementos decorativos.

Apuntó que esta construcción del siglo XVIII resintió fuertemente el sismo del 19 de septiembre, porque su fábrica se basa en xalnene, roca suave que además convive con elementos agregados por intervenciones inadecuadas. “Se sabe, incluso, que su torre norte se perdió durante un sismo anterior”. Otras problemáticas en ella son la caída de la linternilla de su cúpula principal y la disociación de las bóvedas y el tambor en su cruce.

Señaló como ejemplo el espacio entre el segundo y tercer cuerpo de la torre sur, donde se encontró una losa de concreto armado que rigidiza la totalidad de la estructura y golpea su mampostería.

“En el caso de la Parroquia de San José, el daño mayor se presentó en la torre-campanario, la cual perdió la linternilla, al igual que la cúpula del crucero, cuya linternilla también colapsó, sin embargo, se analiza un proyecto para reforzar el conjunto. Este inmueble también realiza sus servicios religiosos en espacios provisionales aledaños”, agregó.

Para esta parroquia también se inició desde junio pasado un proyecto de conservación y restauración de bienes muebles e inmuebles por destino; así, se ha concluido la limpieza de 50% de tales elementos. Al mismo tiempo se atienden los retablos de la capilla expiatoria junto con el retablo barroco de la Sagrada Familia, en paralelo con el desembalaje controlado de las pinturas de gran formato.

Cabe señalar que en distintos puntos de la entidad se han establecido talleres provisionales de restauración para bienes muebles, donde laboran tanto expertos de las secciones de Monumentos Históricos y Restauración del Centro INAH Tlaxcala, y especialistas contratados para tal labor; bajo procedimientos aprobados por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural.

Tras mencionar que las zonas arqueológicas del estado no tuvieron daños como efecto de los sismos de 2017, el director del Centro INAH Tlaxcala insistió en la oportunidad que tales eventos dan para el fortalecimiento del vínculo entre autoridades y ciudadanía. “Los templos son en muchos sitios el centro de gravedad de la comunidades, por lo que debemos mantener el contacto y encontrar soluciones a las reacciones de la gente, concluyendo las asignaciones de obra e iniciando las intervenciones”, finalizó.

 

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