Qué es lo que está pasando en el mundo, con los gobiernos, con la gente encargada de la conducción de los países y de su desarrollo, que está ocasionando que la gente tenga que migrar en busca de mejores opciones de vida para su familia; pero no solo a nivel macro, sino que ese desarrollo debería llegar a todos los habitantes.

Sin duda que los grandes se comen a los chicos pero ocasionando muchas injusticias con  la gente, y estoy hablando a una escala mundial, de la gente que impone políticas económicas que solo benefician a unos cuantos, a los que más tienen, dejando en la indefensión total a los desvalidos.

Las alarmas están encendidas, solo hace falta voltear a ver con atención, tan solo en nuestro estado la percepción de inseguridad ha crecido 60 por ciento, de acuerdo al decimoctavo levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) levantada en la primera quincena de diciembre de 2017 y ha ido en ascenso.

La gente se siente más insegura en las calles, en los cajeros automáticos, en el transporte público, hace falta averiguar qué tan relacionado está este asunto con la falta de oportunidades y el encarecimiento de la vida, lo que estaría generando una ola de delincuencia.

Otro punto que para nada debe pasar desapercibido es el de la caravana migrante, no hay una cifra precisa, pero los datos dados a conocer por diferentes medios mencionan entre 3 mil 500 y 7 mil personas las que emprendieron el viaje desde Honduras en la peor de las circunstancias, pues no solo son hombres, sino familias enteras con niños en varios casos enfermos.

Son tantas las historias tan desgarradoras que se han conocido, y las imágenes tan dramáticas que debiera imponer una agenda mundial para tomar cartas en el asunto, algo no se está haciendo bien y las víctimas están saliendo a flote.

Qué hacer con tanta gente que está dejando todo por nada, tanta es su necesidad que les da lo mismo el sufrimiento, ya que el simple hecho de moverse les da esperanza de encontrar algo mejor, aunque el camino sea un calvario.

Es claro que la situación es difícil por muchos aspectos, como la capacidad de atención, infraestructura, cuestiones legales y políticas que obstruyen el brindar ayuda, pero tampoco se trata de ser indiferentes, porque la misma necesidad que tienen los hermanos hondureños y centroamericanos en general, también la podemos padecer los mexicanos, lo mismo que les ocasiona a ellos esta crisis, a nosotros también nos puede afectar.

En fin, más allá de brindar la ayuda elemental a estos migrantes, impera un análisis concienzudo de lo que ocurre en el mundo y hacer las correcciones pertinentes.

Retroalimenta: malo_en@hotmail.com

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