Entre 2013 y 2017, las solicitudes de la condición de refugiados en México se incrementó en un 1.026 por ciento, mientras que durante 2016, nueve de cada diez solicitantes de asilo fueron originarias del Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA).
De lo anterior, se desprende una atención en el Albergue de la Sagrada Familia, ubicado en el municipio de Apizaco, que asciende a más de cuatro mil indocumentados en lo que va del año, de esta cifra, destaca que 250 de los atendidos son menores de edad.
Por lo anterior, la iglesia católica a través de Episcopado, hizo un llamado para que las peticiones de ayuda sean escuchadas por el pueblo mexicano, en función de la caravana que han emprendido hondureños y demás centroamericanos.
Quienes se han enfilado para llegar a Estados Unidos de América (EUA) y que este domingo y lunes, se apostaron en la frontera sur del nuestro país.
“Es un grito inarticulado que todo lo expresa en el silencioso e inhumano desplazamiento. Y asombrados contemplamos que con esta caravana, como con los distintos gritos del pobre, surgen miembros de la sociedad tratando de sofocarlos al percibir esos gritos como amenaza para su confort e intereses propios”, versa la carta del episcopado.
Para tal efecto, la iglesia católica ha articulado de manera conjunta la atención por medio de los 133 albergues disponibles, entre ellos la casa del migrante de Apizaco, misma que da asilo, comida y aseo a todos aquellos que se acercan.
Cabe desatacar que en próximas fechas la afluencia de centroamericanos se incrementará de manera considerable, pues son miles los que han abarrotado toda la frontera sur del país con la firme convicción de llegar a suelo norteamericano o simplemente escapar de las carencias por las que atraviesan en sus países de origen.
En este Proyecto Pastoral escuchan el dolor generado en la migración forzada con su consecuente vulnerabilidad jurídica, por lo que “recibir con caridad, acompañar, defender los derechos e integrar a los hermanos y hermanas migrantes que transiten o deseen permanecer con nosotros”.
Para finalizar, realizaron un exhorto a los obispos, a mantenerse en diálogo con las autoridades civiles, a quienes instan, en sus distintas funciones y niveles, a atender lo que el mismo marco legal de nuestro país prescribe, acordes a los pactos internacionales suscritos por la República Mexicana.
