Escrito por: Ángel David Flores Domínguez
La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (Naicm), recientemente suspendida, puso en el centro del debate al Lago Nabor Carrillo en Texcoco y a su futuro. Fue complicado conocer con exactitud los planes para el lago con la construcción del aeropuerto, dado que los aspectos técnicos del proyecto no son en su mayoría públicos, dando paso a la especulación en donde se manejaba incluso una posible desecación.
Al margen de la suspensión de la obra, es pertinente referirse a la importancia que el Lago Nabor Carillo tiene para la región. El lago se creó a iniciativa del ingeniero Nabor Carrillo en desde mediados del siglo pasado, con la finalidad de explicar los efectos de la sobre extracción de agua subterránea, en la compactación de las cenizas volcánicas del subsuelo. Esto genera hundimientos, similares a los ocurridos desde mediados del siglo pasado, en gran parte de la Ciudad de México y su área metropolitana.
En la época reciente el lago es parte del complejo sistema de drenaje de la Ciudad de México y su función es almacenar temporalmente el exceso de agua de las lluvias y captar algunos escurrimientos superficiales, evitando así inundaciones en la parte oriente de la ciudad. Esta función reguladora, implica que el lago se mantenga por debajo de su capacidad máxima de almacenamiento durante buena parte del año. No obstante, la existencia de un espejo de agua permite que se generen una serie de servicios ambientales.
Uno de los servicios directos de los lagos, junto con la prevención de inundaciones, es la reserva de agua para la población, no obstante en el caso del Lago Nabor Carrillo, su uso humano o agrícola implica la necesidad de un tratamiento de las aguas residuales que en él se vierten, utilizando tecnologías adecuadas para el elevado contenido salino del agua, de acuerdo con especialistas del Instituto de Ingeniería de la UNAM como la Dra. Blanca Elena Jiménez Cisneros. Otro beneficio directo es la regulación de la temperatura
atmosférica y las corrientes de aire en las áreas adyacentes al lago, lo cual es importante en el caso de espacios urbanizados donde normalmente se forman islas de calor debido a la amplia plancha de pavimento que recubre el suelo. Además el contenido de humedad en el aire puede disminuir la formación de polvaredas que afectan la salud de los habitantes cercanos.
En términos ecológicos, los cuerpos de agua son importantes para la conservación de la biodiversidad, ya que son el hábitat de numerosas especies de plantas y animales. Destaca el grupo de las aves, muchas de las cuales son especies migratorias que se refugian, alimentan, reproducen y crían a sus polluelos en estos ecosistemas, sin embargo otros grupos biológicos dependen también de estos para su existencia. Al respecto el alga espirulina, es una bacteria que sobrevive muy bien en ambientes con alta salinidad y su uso por parte de los habitantes de Texcoco data de tiempos prehispánicos, los cuales las consumían como complemento de su dieta.
Otro grupo de servicios ambientales quizá menos valorados pero no por eso menos importantes, es el valor estético, recreativo o cultural de los paisajes lacustres. En el caso del lago Nabor Carrillo, este es uno de los últimos relictos de lo que alguna vez fue el lago de Texcoco y como tal, representa parte de la historia y formas de vida de sus habitantes.
Quizá este último punto se manifieste en las diferentes acciones locales para la defensa del lago y la tierra ante el proyecto del Naicm. Es importante destacar la importancia de las redes sociales para apoyar la defensa del lago y para la difusión de información que cuestiona la viabilidad técnica del proyecto, resaltando las posibles afectaciones ambientales y sociales derivadas de la alteración de tal ecosistema.
Como se mencionó previamente, la información pública disponible no permite comprender las dimensiones de afectación de las obras proyectadas. Lo que sí es un hecho es el antiguo interés en la zona para el aeropuerto. En 2001 se inició la compra y expropiación de tierras en la zona, derivando en fuertes protestas sociales que llevaron a su cancelación en 2002. Muy posiblemente en el futuro se sigan manifestando estos conflictos socioambientales y es importante que la sociedad esté suficientemente informada respecto a las implicaciones de obras de esta magnitud, así como un análisis crítico de los contenidos difundidos masivamente en los medios y las redes sociales.