El pasado mes de agosto fue inaugurado el Museo Nietzsche en Tlaxcala, único en su tipo en el país e incluso en el mundo a excepción de Europa, donde existen tres espacios dedicados al pensador alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche, el impulsor detrás de este proyecto es el escritor Willebaldo Herrera Téllez, quien busca rendir homenaje a quien fuera uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX.
Su pasión a los 19 años
En entrevista para Síntesis, el también promotor cultural comparte su pasión por la vida y obra de este personaje, a quien conoció a la edad de 19 años, gracias a su ya fallecido amigo Aristeo Losela Varela.
“Yo nunca pensé que tanto me iba a apasionar por un pensador tan deslumbrante, tan original y tan radical, que pone en el centro de su vida y de su obra el destino humano en el que reconoce que hay mucha tragedia y mucho dolor, él busca encontrarle un sentido que pudiera abolir esas sensaciones a través del arte y de sus ejercicios filosóficos que desarrolla como escritor de aforismos”, destacó.
Con gran entusiasmo, compartió que Nietzsche no solo fue filósofo, sino filólogo, es decir, un experto en la cultura clásica griego, poeta y músico desde niño, puesto que su padre le enseñó a tocar el piano y le regalaba partituras en su cumpleaños, lo que le permitió componer y ejecutar obras musicales, cualidades que llamaron profundamente la atención de Herrera Téllez para seguir una ruta de lectura.
El viaje a Alemania
Tras leer su obra, decidió conocer más detalles de la vida del pensador, por lo que años después viajó a Alemania para conocer Röcken, la ciudad que lo vio nacer y donde reposan sus restos mortales, además de los museos dedicados a este intelectual en la ciudad alemana de Weimar y Sils María, esta última ubicada en Suiza.
El autor tlaxcalteca, reveló que fue hace aproximadamente dos años cuando pensó que era el momento de hacerle justicia a la grandeza moral e intelectual de Nietzsche y crear un espacio en su honor en Tlaxcala, que también responde a un sueño del también poeta, quien tuvo la intención de visitar México.
“Existe una carta a un amigo con quien se estaba poniendo de acuerdo, desgraciadamente una de las tantas guerras en Europa canceló esa posibilidad, pero hay una carta en donde el desea venir a Oaxaca, ese sueño no lo pudo consumar, por esa razón es que yo retomo ese punto y digo, si soñó con venir a México qué tan satisfecho estaría él de tener un museo en Tlaxcala”.
Surge la idea de un museo
Detalló que por varios meses diseñó museográficamente este nuevo espacio, puesto que una vez que se ha dedicado a crear museos y a modernizarlos tecnológicamente como es el caso del Museo Miguel N. Lira, el museo de sitio del Centro de las Artes y el Museo de la Plástica Desiderio Hernández Xochitiotzin, buscó que este también estuviera a la vanguardia de las exigencias del público actual.
La inversión que realizó para crear este lugar fue propia, puesto que está consiente que no necesariamente se requiere el apoyo de los gobiernos para generar más espacios museísticos, y refiere que las personas también tienen que tomar una iniciativa de carácter ciudadano para crear los espacios que la sociedad va requiriendo y demandando.
El Museo Nietzsche, dijo, puede convertirse en un centro de debate, de reflexión de ideas, porque Tlaxcala carece de un centro donde se debatan ideas de acuerdo a la dinámica global del mundo, de los avances científicos o temas que preocupan a la actualidad.
“Tlaxcala ha carecido de elites intelectuales, no se han generado en ninguna universidad, se han creado profesionistas, sin embargo, creo que es necesariamente un espacio de análisis y estudio de las corrientes filosóficas o de otras áreas como la sociología, la cultura, el arte, la propia religión, la educación son fenómenos centrales que articulan a una sociedad, la hacen integral”, afirmó.
Los proyectos
Es por ello que en una segunda etapa analiza la posibilidad de invitar a un grupo de filósofos para que platiquen y debatan, parafraseando a Nietzsche, exclamó que, si la historia de la cultura no sirve para la vida humana, para mejorarla, entonces ni el arte, ni la política, ni la economía, sirven para nada, ya que los procesos sociales tienen que ser ventilados o de lo contrario, el país se queda rezagado en lo relacionado al desarrollo universal del mundo.
Con 46 años de trayectoria como gestor promotor y tras haber encabezado el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC), Willebaldo Herrera expuso que es necesario ir más allá de los discursos demagógicos que no sirven para nada, confrontar los problemas de todo tipo que tiene el estado para poder avanzar y éste será un espacio para propiciar el debate.
Actualmente el museo se encuentra ubicado en el Fraccionamiento IV señorío de Ocotlán, en su interior resguarda 20 libros de la autoría de Nietzsche y una compilación de 135 libros de autores de todas las nacionalidades que han escrito o continúan escribiendo sobre él.
“Probablemente yo tenga el Record Guinness en cuanto a propiedad como un solo lector coleccionista, de tener la obra sobre Nietzsche más completa del mundo, también tengo periódicos, revistas, números monográficos temáticos dedicados a él, hay diez películas sobre su vida y tengo ocho, como la de ‘El día que Nietzsche lloró’ que es muy famosa en todo el mundo”, contó.
El Museo Nietzsche
El lugar cuenta con recibidor, estudio, sala, baño, comedor y una recámara, que lo asemejan a los museos de Weimar y Sils Maria, fue acondicionado con muebles tipo francés, esculturas efímeras hechas a base de mantequilla de la chef Bertha Fernández Chamorro, pinturas, dibujos, grabados, caricaturas, la música que fue compuesta por el pensador alemán y la que solía escuchar, un detalle que resalta es la figura recurrente del caballo, uno de los animales preferidos de Nietzsche, quien también fue reconocido por el amor que tenía a los animales.
En ese sentido, compartió parte de la historia del “Caballo de Turín”, en la que se cuenta que a principios de 1889, mientras caminaba por la ciudad, Nietzsche observó como un jinete golpeaba a un caballo, la violencia del acto lo impresionó que conmovido hasta las lágrimas corrió a socorrer al caballo bañado en lágrimas de llanto, tras abrazar al caballo se desmayó y la caída le provocó una fuerte contusión en la cabeza que le provocó demencia.
“Él decía que el caballo es el símbolo de la elegancia, la sensibilidad y la inteligencia, es uno de los más elegantes junto con el tigre asiático, dionisiaco, el tigre de Grecia, el caballo es sensible como lo era el propio Nietzsche (…) el siempre anheló tener un caballo árabe, de sangre pura, que es el más bello del mundo”, explicó.
Esta y más historias se mantienen presentes en la memoria del escritor Willebaldo, quien durante 40 años se ha dedicado a estudiar todo lo relacionado con Nietzsche y ahora ofrece la oportunidad a los tlaxcaltecas para que conozcan más del filólogo alemán a través de los artículos que integran el museo en su honor.
Cabe destacar que Herrera Téllez, hizo del conocimiento a la embajada de la República Federal de Alemania sobre la existencia de este lugar, quienes lo felicitaron por su proyecto y su impresionante colección privada sobre el destacado personaje de la literatura alemana.
