Entre las familias debe haber comunicación y amor tal como lo refleja la Santísima Trinidad, pues Jesús aprendió los principales valores, comprendió la historia del pueblo de Israel y la ley judía a través de las enseñanzas de sus padres María y José, así lo señaló el obispo de Tlaxcala Julio César Salcedo Aquino durante la tradicional misa de Navidad que estuvo dirigida a la base de la sociedad.
Reiteró que es necesario retomar los aspectos que les dan sentido a las familias ya que según sea el ambiente que se vive en este núcleo este se verá reflejado en el desarrollo de sus integrantes y por ende el de la sociedad en general.
“La eucaristía es el manantial de toda evangelización, las familias tienen en la eucaristía una fuente para iluminar su misión, celebramos la navidad y la navidad está en torno a la familia, a Jesús, María y José que dan al mundo a Jesús y todas las familias igualmente deben de dar la buena nueva del evangelio, del perdón y la reconciliación”, señaló.
La Navidad, dijo, es la fiesta de la luz y el don, por lo que es importante aprovechar este tiempo para meditar que es lo que se debe de enmendar en el camino y tomar como ejemplo a la sagrada familia.
En entrevista posterior a la homilía realizada en el seminario de Tlaxcala, destacó que el 2019 será un año jubilar por lo que estará lleno de celebraciones al cumplirse los 500 años de la primera misa realizada en la entidad por lo que pidió a los feligreses unirse a dichas actividades.
“Hago un llamado para que sepan acoger, vivir este año jubilar y eucarístico con motivo del quinto centenario de la primera eucaristía, hemos recibido un regalo muy grande en nuestra diócesis, hemos caminado en estos 500 años con este don grande bajo la mirada de María, nuestra señora de Ocotlán”, dijo.
Mencionó que a un año y medio de haber asumido la máxima autoridad de la grey católica en el estado ha podido constatar una gran vitalidad de fe, de esperanza y servicio en las comunidades, añadió que aunque no fue un año fácil por las consecuencias de los sismos la comunidad católica debe ser paciente y saber asumir los acontecimientos adversos.
