En las últimas semanas ha sido tema central la falta de gasolina en varios estados del país, en algunos casos causando un caos por compras de pánico y desabasto de productos en las tiendas, según se observa en las redes sociales, que incluso ha llegado a la ciudad de México, mientras que el presidente Andrés Manuel López pide calma y aguantar las acciones contra el robo de combustible.

Son siete los estados donde se han observado largas filas en las estaciones de servicio, producto de las estrategias para combatir el robo que realizan grupos delictivos por 60 mil millones de pesos al año, por lo que cerraron válvulas en cuatro de trece oleoductos de Petróleos Mexicanos, para evitar la sustracción del combustible.

No obstante, estas acciones ocasionaron la interrupción del suministro en ciudades de los Estados de México, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro y Tamaulipas.

Todo esto ha ocasionado alarma entre los ciudadanos, pues ha sido tormentoso el lograr cargar unos litros de combustible y todo lo que ello implica, como gente que no puede salir a trabajar con su vehículo, retrasos en la entrega de mercancías o algunas que se echan a perder, la pérdida de negocios y de dinero son las quejas de todos los días.

Pero creo que hemos desviado la atención de algo central y lo más importante en este asunto y que el propio presidente anunció: dentro de la estructura de Petróleos Mexicanos se encontró una red que se dedicaba a robar y distribuir gasolina, grupo que diariamente robaba 600 camiones cisternas con capacidad de 15 mil litros cada una.

“Estamos hablando de un plan que tiene vinculación al interior del gobierno y que se apoya en un sistema de distribución de combustibles, porque no es fácil distribuir, vender 600 pipas de gasolina diarias”, expresó López Obrador.

Ante una baja en la presión del flujo de hidrocarburos, que se considera como una señal de un posible robo, los protocolos internos señalan que deben cerrarse las válvulas, pero no lo hacían, a pesar de existir un sistema para conocer la presión de los ductos.

¿Cuántos funcionarios están involucrados en esto, hasta dónde llega la cadena de responsabilidades?, ¿de qué manera hacerle frente a esta situación, de tal forma que se pueda eliminar por completo? También se debe tomar en cuenta que como consecuencia de este robo el Estado dejó de percibir miles de millones de pesos y para poder compensar esa pérdida es que estamos padeciendo el alto costo de la gasolina, por lo que usted y yo, todos, somos los que pagamos ese robo.

Si bien no hay estrategia posible para combatir este robo sin afectaciones, es necesario que se implemente sobre la marcha algún plan cuanto antes para intentar resarcir las afectaciones y es un hecho que toda esta maquinación perversa debe combatirse, no puede quedarse así, porque no es justo que todos paguemos las consecuencias de una u otra forma, ya sea con el alto costo del combustible o con la ausencia de este.

Comenta: malo_en@hotmail.com

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