De enero a diciembre del 2018, Tlaxcala tuvo 957 mil 311 llamadas telefónicas al número de emergencias 911, de las cuales, hasta un 93 por ciento resultaron reportes improcedentes y un mínimo porcentaje sí correspondieron a llamadas reales.
Es decir, de ese universo de llamadas que concentró la plataforma telefónica en Tlaxcala, 892 mil 345 fueron falsas, las cuales se distribuyen en los siguientes términos: llamada muda; llamada de broma de niños; llamada incompleta; llamada de prueba; insultos por adultos; y jóvenes jugando.
El reporte a detalle emitido por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), reveló que a partir de las llamadas que concentró Tlaxcala en todo el ejercicio 2018, la entidad se colocó en la posición número 26 a nivel nacional.
Cabe señalar que el alto porcentaje de llamadas improcedentes al número de emergencias 911 no es un fenómeno exclusivo de Tlaxcala, pues en las 31 entidades federativas restantes también se tuvo esa incidencia por encima del 50 por ciento.
Por ejemplo, de los 10 millones 505 mil 524 llamadas de emergencia que se concentraron tan sólo en la Ciudad de México, casi 9 millones fueron improcedentes.
En tanto que, a nivel nacional, el Sistema de Seguridad reportó un total de 95 millones 16 mil 135 llamadas de emergencia en todo el ejercicio 2018, de las cuales, más de 78 millones fueron falsas alertas.
De hecho, el estado de Tlaxcala se encuentra muy por debajo en la tasa de procedencia de las llamadas de emergencia por entidad federativa, pues mientras la media nacional se ubica en las 17.0 por ciento, en la entidad tlaxcalteca la tasa se reduce a un 6.8 por ciento de llamadas verídicas.
El mismo informe nacional establece que de las llamadas procedentes que tuvo Tlaxcala, un 74 por ciento correspondió a incidencias de inseguridad; otro 15 por ciento en relación a casos médicos; y un 5 por ciento en materia de protección civil.
Una llamada de emergencia a manera de broma puede movilizar a los equipos de seguridad, bomberos, y protección civil, entre otras corporaciones, lo que conlleva un gasto importante diario, pero también la posibilidad de que se deje de atender una llamada que alerte sobre una emergencia verdadera.