El pasado martes cinco de febrero en la Monumental Plaza México, el matador de toros tlaxcalteca sumó una nueva salida en hombros tras una brillante actuación ante dos toros de la ganadería queretana de Los Encinos, que otorgó posibilidades para el lucimiento al elenco que completó la corrida.

El tlaxcalteca está que no cree en nadie, y en una de las corridas más importantes del calendario taurino mexicano, lo demostró una vez más.

Sergio Flores ya se está convirtiendo en uno de los toreros consentidos de la afición capitalina, que cada vez registra una mejor entrada al conjuro de su nombre.

La Otra Fiesta del Periódico Síntesis viajó hasta la Plaza México el pasado martes, para ser testigo de una de las corridas de toros que más visten a la temporada grande, aunque la de este 2019 que significó el aniversario número 73 de la monumental, será recordada como una de las mejores.

El ambiente fue inmejorable para presenciar esa corrida que presentó toros de Los Encinos, propiedad del ganadero Eduardo Martínez Urquidi, la cual se ha colocado como una de las pocas que en México preservan la bravura de sus reses.

El cartel estuvo integrado por las figuras españolas de Pablo Hermoso de Mendoza, rejoneador, y a pie Enrique Ponce, pero los mexicanos Sergio Flores y Luis David Adame, demostraron porqué se encuentran en un buen momento de tauromaquia, argumentos y sentimiento frente a los toros.

Sergio Flores de apoteosis en La México

No obstante lo atacada y demeritada que se encuentra la fiesta de los toros en la actualidad, sobre todo en la capital del país en donde la modernidad y tendencias animalistas parecen alcanzar todos los rincones, la Plaza México se notó como en sus mejores tardes.

La romería previa a la corrida de toros que suele armarse de forma espontánea por los miles de aficionados a los toros es inmejorable. El olor a tacos, birria y paella inunda el ambiente que también se purifica con el aroma del puro y la cerveza helada.

Y es que, en contraste con todo lo que se dice de la fiesta brava, la corrida de toros del pasado cinco de febrero se convirtió en una reivindicación del espectáculo no sólo en los tendidos de la monumental, sino también en lo que ocurrió en el ruedo.

Cuando la bravura de los toros –materia prima indispensable en el espectáculo–, se manifiesta como en la corrida de aniversario, el público taurino resucita con esos viejos aromas de la fiesta brava que tanto la encumbró en el siglo pasado.

Sin embargo, la corrida de toros no inicia con la salida del primer toro a la arena. El espectáculo comienza al llegar a la plaza, pisar sus terrenos monumentales, acudir al sorteo, saludar a los amigos de antaño y sentir el nervio como si uno fuera a ponerse delante del toro.

En tanto, presenciar el paseíllo de la Monumental Plaza México es una experiencia multisensorial inigualable que poco puede compararse con otros espectáculos.

El desfile colorido de las cuadrillas encabezadas por sus matadores de toros, precedida por ese olé monumental como el tamaño de la plaza, cimbra los pilares más profundos de la ya de por sí inmensa construcción de ese embudo inaugurado un jueves cinco de febrero de 1946.

Sergio Flores de apoteosis en La México

Los toreros que integraron ese cartel fueron complementos ante todo el vertiginoso escenario que se montó a propósito de los 73 años de la monumental capitalina, que viera en su tarde inaugural a Luis Castro “El Soldado”, Luis Procuna y nada más y menos que al español Manolete, con toros de la ganadería de moda en ese entonces, San Mateo.

La del pasado martes cinco de febrero, no representó una corrida más, una del montón o que poco será recordada por la afición que estuvo presente en el tendido. Lo será por la grandeza que aún en el siglo XXI y en pleno año 2019, sigue significando la fiesta brava.

Lo será también porque siempre habrá una oportunidad para que la afición se reconcilie con el espectáculo con base en la presencia de ganado serio, bravo y sobre todo con edad. Los toros de Los Encinos coincidieron con esa premisa: garantizar el espectáculo con base en su raza.

De lo hecho por los toreros en el ruedo podemos decir que la entrega, pasión y valentía de cada uno de ellos llevó durante más de tres horas la corrida en un ambiente autentico de toros.

El tlaxcalteca Sergio Flores, sumó la séptima salida en hombros de la Plaza México, un escenario que a muchos toreros se les complica, pero que al de Apizaco parece dársele en cada presentación.

Enhorabuena para Tlaxcala, para la fiesta brava, para La México y desde luego, para el máximo exponente de la tauromaquia local en la actualidad, Sergio Flores.

Sergio Flores de apoteosis en La México

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