Escrito por: Willebaldo Herrera

PRIMERA PARTE

Su nombre: María Victoria de los Reyes Dorantes Sosa

Hija de Enrique Dorantes y Micaela Sosa

Lugar de Nacimiento: Hacienda de san Lucas Coaxamalucan, municipio de Tetla, Tlaxcala.

Fecha de nacimiento: 16 de diciembre de 1922.

Tras décadas de permanecer en la opacidad oficial y en el hoyo negro del misterio, finalmente han sido localizados los documentos probatorios-civil y religioso- sobre la identidad verdadera de Victoria Dorantes, el símbolo de la patria por antonomasia, que fue plasmado por el pintor nacionalista Jorge González Camarena, en 1962. Un espejo emotivo en el que se han visto reflejados millones de mujeres y hombres por generaciones. Colocado más allá de un reduccionismo institucional y los jugosos contratos entregados a empresas editoriales, Victoria Dorantes es un mito perdurable, como constructo consensuado de lo femenino, una rama desprendida del árbol genealógico de la Malinche, Sor Juana, Gertrudis Boca Negra, Antonieta Rivas Mercado,  Concha Urquiza,Frida Khalo, María Félix, Nahui Ollin, etcétera.

La nueva información sobre este signo articulador de “unidad nacional”, dos actas en mal estado, se encuentra en los archivos del Municipio de Tlaxcala, ciudad capital, localizadas tras una larga pesquisa reporteril que permiten hoy precisar los datos reales de su nacimiento, origen, bautismo y trámite civil, en las fechas arriba anotadas. Y así como Proceso (La disputa por la historia, siete de septiembre de 1992, número 827), dio a conocer en 1992 la primera nota informativa sobre este personaje emblemático de la educación pública y la cultura nacional, hoy el lector tiene ante sus ojos los documentos reales de su perfil biográfico.

El legajo documental revela a la mujer de carne y hueso, con su identidad verdadera, que permiten contextualizar a este personaje que ha sido víctima de omisiones, chacoteos, deformaciones y tergiversaciones de todo tipo. La SEP que ha manipulado su imagen indígena en cientos de millones de ejemplares desde 1962 en que apareció pintada en la portada de los textos gratuitos, no ha tenido el cuidado de investigar su origen que ha trascendido las épocas y los sexenios políticos. Eso si aplicó miles de millones de pesos en la imagen del bisoño exsecretario Aurelio Nuño, que fue un fracaso político electoral.

Según los testimonios, casi borrosos, hallados por el reportero, Victoria Dorantes vino al mundo en la hacienda de Coaxamalucan, construida en  el siglo XIX, dedicada a la producción lechera, agrícola, pulquera y ganadera, región que se encontraba en esa época bajo la jurisdicción del Obispado de Puebla. El gobernador de aquel entonces era Rafael Apango (1921-1925), un político oportunista y obregonista, dependiente del centralismo federal. Reprimió a los grupos campesinos que quedaban de los Arenas, Domingo y Cirilo, líderes identificados simultáneamente con el zapatismo y el carrancismo, para entronizarse en el gobierno estatal. Una etapa de conflictivo reacomodo del poder entre grupos posrevolucionarios, que quedó en manos de los más astutos y saqueadores, y que marginó a indígenas y campesinos desde esas fechas.

La hacienda de Coaxamalucan sobrevivió a los ventarrones del reparto agrario a diferencia de otras que fueron arrasadas por completo. En este contexto histórico Victoria Dorantes vino al mundo: peones explotados y hacendados caciquiles, herederos de los crueles encomenderos españoles y amigos obsequiosos, añorado por algunos todavía, del presidente Porfirio Díaz.

Su padre, el señor Enrique Dorantes declaró ante el juez civil, Lorenzo Carrasco, tener seis hijas más, además de Victoria. La hora de nacimiento de la legendaria mujer, fue a las 11 de la noche, según la versión paterna que llevó la voz dominante del trámite. Testigos del acto fueron familiares y vecinos del mismo declarante. El ritual católico siguió casi el mismo protocolo siendo bautizada por el presbítero Vladimir Rodríguez, según consta en el acta religiosa. De todavía seguir viva la alegoría de la patria hoy estaría próxima a cumplir 96 años de edad. Su paradero actual sigue siendo un misterio para propios y extraños.

Los inventos mitomaniacos y deformaciones periodísticas sobre Victoria Dorantes han seguido su atávico curso durante más de medio siglo, sin que nadie haya tenido el interés o la curiosidad por rastrear los archivos o acudir a fuentes documentales fidedignas, pues incluso ha sido víctima propicia de calumnias como la que ella fue conocida por González Camarena como “mesera en un bar”( término anglosajón éste) y no como la modesta trabajadora de una fonda popular de la ciudad de México. Según relató a este reportero, el pintor Manuel Guillén, joven alumno y ayudante de González Camarena: “su belleza física era tan impresionante que muchas veces otros artistas como Diego Rivera y el Dr. Atl, se la “pidieron prestada” en calidad de modelo, negándose a ello, sabiendo de la codicia machista de ambos”. “Era una mujer totalmente silenciosa y discreta, nunca la vi charlar con otros hombres que no fuera el propio González Camarena”. En pocas palabras, la mayor parte del tiempo Victoria Dorantes vivió prácticamente enclaustrada, lejos de la vista de cualquier visitante o curioso.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here