El domingo 27 de enero se cumplieron 38 años de la muerte de uno de los toreros que más realce y prestigió le dio a la fiesta de los toros tlaxcalteca: Jorge Aguilar “El Ranchero”.

Fue un 27 de enero pero de 1981 cuando el torero charro dejó de existir a consecuencia de un paro cardiaco, justo cuando se encontraba en un tentadero en la ganadería tlaxcalteca de Coaxamalucan.

Carlos Hernández González en su libro Jorge Aguilar El Ranchero; Un gran torero. Un gran hombre, consigna el momento a partir de un relato de Juan Antonio González Pérez, hijo del ganadero de la casa que vio la última vez de ese torero frente a una res brava.

“En ese instante cayó el torero enfrente de donde estaba yo colocado, saliendo de inmediato a quitarle la becerra, diciéndole que no pasaba nada, que se levantara; pensé que se había tropezado”.

Y agrega: “Con el rabo del ojo me percaté que Jorge permanecía tirado y que un hilillo de sangre le salía por un lado de la boca; mi padre, ya viejo y con mucha experiencia de la vida y de la muerte gritó: “ese hombre está muerto”.”

La muerte de “El Ranchero” causó consternación y luto en los círculos taurinos de Tlaxcala y de México, a partir de la figura que se había consagrado en torno al tlaxcalteca, como un torero que practicaba el auténtico toreo a la Mexicana.

El 28 de enero de 1981, los diarios de mayor circulación nacional y en el estado manejaron la noticia del fallecimiento de Jorge Aguilar como la “de ocho columnas”, y fue motivo de esquelas y múltiples manifestaciones de consternación.

Torero nacido en Piedras Negras

El torero Jorge Aguilar nació como pocos, al interior de una ganadería de toros bravos y nada más y nada menos que en la de Piedras Negras, casa de las máximas representantes de la cabaña brava mexicana y también en el mundo taurino.

Fue precisamente esa querencia, la que le hizo desarrollar el gusto por la fiesta brava, pero convertirse en una de las figuras de aquí y allá más representativas del toreo.

Antes de iniciarse como torerito, cuando Jorge Aguilar tenía seis años, fue utilizado una vez como capote. Un 27 de enero de 1933, don Felipe González, de Coaxamaluca, que se encontraba tentando vaquillas en Piedras Negras, tomó a Jorge por las axilas y toreó con él una noble erala de pasó de maravilla”.

Carlos Hernández González establece en su libro que, Jorge Aguilar “El Ranchero” nunca se creyó figura del toreo, aunque lo era, y afirmaba que para encumbrarse no iba a recurrir a estrategias administrativas y publicitarias que generalmente solo inflan a los toreros.

La plaza de Tlaxcala, lleva su nombre

Ese mismo torero tlaxcalteca fue motivo para que en noviembre de 1981, la plaza de toros de Tlaxcala llevara su nombre hasta la actualidad y que además se ha convertido en referente de la fiesta en todo el mundo taurino.

El sobrenombre del ranchero derivó precisamente de su imagen de campo, de su actividad constante en la tierra y las faenas camperas que desarrolló en Piedras Negras.

Cuentan los que lo conocieron, que Jorge Aguilar “El Ranchero” que siempre fue una persona humilde, buen amigo, y que no distinguía posiciones sociales al momento de ayudar a alguien.

Con una personalidad recia, sencilla, y franca, el torero tlaxcalteca máximo referente de la tauromaquia local se encumbró como una de las primeras figuras del toreo en aquellas épocas doradas de la fiesta brava de nuestro país.

“El Ranchero” Aguilar, referente de la fiesta tlaxcalteca

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