En esta ocasión mencionaré el encuentro de los españoles con los tlaxcaltecas, en el marco de las celebraciones de los 500 años del contacto de dos culturas, español e indígena y teniendo como base el libro de Diego Muñoz Camargo, Historia de Tlaxcala.

En éste nos narra que Cortés escribió una carta a la provincia de Tlaxcala, a los cuatro señores, donde les contaba su deseo de conocerles y ayudarles, pues sabía de las tiranías de los culhuas mexicanos. Que él venía en nombre del emperador don Carlos y que traía al verdadero Dios, que sus dioses eran falsos hechos por manos de hombres mortales y que ellos adoraban al Dios que había creado los cielos y la tierra, además les envió un sombrero, una espada y una ballesta para que vieran la fortaleza de sus armas para defenderlos de Moctheuzoma, porque él sabía que los tenía muy enojados.

Obviamente que los señores tlaxcaltecas no sabían leer, por lo que los mensajeros les dieron la razón de lo escrito verbalmente, pues Malintzin ya había traducido para ellos los textos.

Estas noticias causaron revuelo entre la población, y los señores de las cuatro cabeceras y demás caciques se juntaron para decidir qué harían, si los mataban o no. Finalmente resolvieron contestar el mensaje, que eran bienvenidos y que vinieran a su tierra. Xicoténcatl pensó que eran enviados de los dioses y que eran parte de la profecía de los antiguos que decía que debían emparentar con ellos unos hombres blancos y barbudos, insistió en que debían aprovechar la ocasión ya que estaban venciendo a Huexotzinco y que estaban pidiendo socorro a Moctheuzoma.

No obstante, al llegar Cortés a tierras tlaxcaltecas fue recibido de forma áspera, los indios otomís de Texohuatzinco mataron a un español y dos caballos, en realidad este encuentro fue una sangrienta batalla, en Tecoac y Tzompantzinco se libraron violentos enfrentamientos, pero los extranjeros mandaron a decir a los señores de Tlaxcala que no se enojaran y que los dejaran pasar.

Cosa que ocurrió y llegaron a Tlaxcala donde Xicoténcatl recibió a Cortés en paz y de manera solemne junto con los señores de las cuatro cabeceras de la República de Tlaxcala, acompañados de más de 100 mil hombres que no cabían en los campos y calles, según relata Muñoz Camargo.

Cortés se mostró un tanto desconfiado en el encuentro que tuvo con los tlaxcaltecas no dejándose abrazar por Xicoténcatl, Maxixcatzin, Citlalpopocatzin y Tlehuexolotzin, tras la ceremonia, Xicoténcatl acompañó a los visitantes, Cortés y Malintzin, hasta el lugar donde debían ser alojados, insistiendo en la ayuda que les habría de dar ante los embates de Moctheuzoma y demás gente.

Después deberían de venir las pláticas y los acuerdos en que se establecería la alianza…

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