Los museos son los culpables de la idea divina que carga el mundo del arte, de la superficialidad de la belleza, del objeto como contenedor del valor y los significados, de la elite intelectual como portadora de la verdad, pero al mismo tiempo, los museos se han encargado del culto al saber, de la comprensión de la vida y de la materia, de la conceptualización de lo estético y del espacio sensible, así como del impulso a las emociones y la posibilidad de lo mágico.

Desde su nacimiento, el museo fue concebido para lograr abastecer las pretensiones desmedidas del hombre en todos los sentidos. El museo nació con aquel griego, allá por el siglo III, que quiso juntar en un solo recinto varias de sus preocupaciones y placeres, entonces construyó un Palacio dedicado a sus musas. En este sitio colocó un anfiteatro, un observatorio, un estudio, una biblioteca, un enorme jardín botánico, una colección de zoología y diversas salas de trabajo. A la reunión de todo eso le llamó moyseîon, de la que derivó la palabra museo. Más tarde, por el siglo V, le dio el nombre de Pinacoteca al sitio donde resguardaba las obras de varios artistas, es decir, es ahí y en ese tiempo donde se formuló la valoración del objeto y por tanto su resguardo. Entonces fue hasta el estudio del objeto y de la propiedad como sinónimo de poder, que el hombre, el hombre occidental mejor dicho, tuvo la necesidad de desarrollar el museo como lo conocemos actualmente.

Más adelante se impulsó el coleccionismo, otra más de las ingenierías de la pretensión, gracias a los saqueos que los romanos hacían sobre otros pueblos, entonces las edificaciones que llamaban museos se llenaron de arte griego. En la Edad Media los grandes templos religiosos y otros palacios comenzaron a acumular ricas colecciones de obras artísticas que a la larga se convertirían en los patrimonios de los actuales museos nacionales. Es importante resaltar aquí el hecho de que fueron los centros del poder los impulsores de esta institución tan legitimada y legitimadora hoy en día. Pues casi sin resistencia, los museos se han establecido desde aquellos días como la “hegemonía de la verdad para conocer y acercarnos a la historia, la ciencia y el arte”.

El pasado 18 de mayo fue el Día Internacional de los Museos y por tanto es importante subrayar que los museos no solo son una institución para el resguardo y la exhibición de objetos “importantes” para el “mundo”, también son instituciones con una injerencia considerable en las ideologías de la sociedad, pues recordemos que en el museo se presentaban los avances de los estudios de la ciencia así como las pertenencias inalcanzables para el pueblo raso de la aristocracia. Estas dos caras: la verdad y el valor, se convirtieron con el tiempo en el eje conceptual de los museos, es decir, la misión de esta institución ha sido desde entonces la de proteger, clasificar, estudiar y exhibir los objetos que según ellos, es decir cada museo, son dignos de valor.

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