Felipa López Huerta tiene actualmente 52 años de edad y es originaria del municipio de Huamantla, ella, como muchas otras personas, desde edad temprana tuvo que luchar para sobresalir en su complicado entorno, lo que ahora la ha convertido en un Orgullo de Tlaxcala.
Desde pequeña vivió una infancia complicada, de mano dura por parte de su madre, pero también de entendimiento y apoyo para lograr la aceptación de sus vecinos y compañeros de escuela.
Felipa López, vive una discapacidad motriz a causa de poliomielitis, situación de vida que jamás representó un obstáculo para su desarrollo profesional, educativo y personal.
Regresa apoyo y aceptación a la comunidad
Actualmente, Felipa se dedica a dar charlas de concientización y apoyo para personas que viven alguna discapacidad, así como al resto de personas que pueden servir de apoyo en las calles y demás lugares públicos.
“Desafortunadamente hay muchas personas con discapacidad, pero he tenido la oportunidad de ser pionera del movimiento para personas con discapacidad, de buscar inclusión, esto viene desde hace mucho tiempo”.
Con entusiasmo, recordó que desde 1991 inició de manera decidida su apoyo y orientación para las personas con discapacidad, fecha en la que fue fundadora de la Asociación de Deportes Sobre Sillas de Ruedas.
Como precursora de dicha asociación, detalló que el primer objetivo fue cubrir las necesidades de este sector de la población, sin embargo, comentó que en el aspecto de recreación y cultura, requerían de una mejor organización y agruparse para ser tomados en cuenta a nivel estatal.
“Por la misma importancia y necesidad que teníamos, nos asociamos para integrarnos al Comité Olímpico Nacional y al Paralímpico Internacional, donde estuve más de quince años”.
El mayor logro obtenido de nuestro grandioso Orgullo Tlaxcalteca, en la etapa como deportista, fue en 2004, cuando obtuvieron el campeonato nacional para personas con discapacidad y amputados en el estado, en las pruebas de campo, (disco, bala y jabalina).
Recordó con satisfacción que en 2004, se desarrolló el evento nacional en Tlaxcala, consistente en pruebas de campo y pista, además de recordar que en su paso por el deporte logró un total de 38 medallas y una beca por parte del gobierno del estado en su disciplina.
Siguió con la cosecha de logros
Luego de una prolífera carrera en el deporte paralímpico, Felipa se separó de las pruebas atléticas para enfrentarse a una de sus grandes pruebas, la maternidad.
“Quería otras cosas para mí, entonces dejé de practicar el deporte, me dediqué totalmente a mi familia, a mi hijo, a buscar un empleo, ha sido muy fuerte porque he pedido la oportunidad de trabajar y me la han dado, trabajé en el ministerio público de Huamantla, en la presidencia municipal, en el DIF estatal y como vicepresidenta interina de la asociación en la Federación Mexicana”.
Todo lo anterior, detalló Felipa, le ha dado la oportunidad de involucrarse con un sinnúmero de personas y conocer sus necesidades, tal y como lo hace en el presente, mediante recorridos en las comunidades, donde conoce a personas con diversas discapacidades, no solo motrices, sino visuales, auditivas e intelectuales.
La enfermedad es una cosa y la discapacidad es otra
Explicó que en todas partes existen personas que padecen alguna enfermedad, lo que origina que vivan una discapacidad, lo que conlleva a vivir distintas situaciones, pues explicó, que resulta diferente vivir en zonas urbanas que en rurales.
“Quienes vivimos una discapacidad en una zona rural, nos enfrentamos a muchas cosas, entre ellas la discriminación, incluso por la familia, eso hace que entremos en un panorama complicado”.
Lo anterior, para Felipa fue complicado pero no imposible, recordó que desde los seis meses adquirió discapacidad motriz, “mi mamá me contaba que ella sabía que vivía porque mi abdomen se movía cuando respiraba”:
Ella, a causa de la poliomielitis sufrió un daño muscular de aproximadamente el 80 por ciento de su cuerpo, situación complicada que tuvo que enfrentar, sin embargo, agradeció a su madre (QEPD) por las atenciones que tuvo para que ella creciera en todos los sentidos.
“Me llevó con el brujo, con el médico, con todo mundo para que yo estuviera mejor… Sí es difícil en una familia, porque psicológicamente afectas a los demás, porque yo necesitaba más atención, y en la comunidad también fue difícil porque no había escuelas, entonces mi mamá me llevaba a la comunidad de Cuauhtémoc en carretilla para yo poder cursar la primaria”.
Agradecida con la vida, con su madre y las oportunidades que se le han presentado, también reconoció a la directora del Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad (Itpcd) Maricarmen Masarraza Corona, por las oportunidades, el trabajo y los lazos que han estrechado, para hacer de Tlaxcala, un mejor lugar con espacios y oportunidades para este sector de la población.
Falta mucho por hacer
La misma necesidad y los obstáculos a los que se ha enfrentado Felipa, la han llevado a formar parte activa de un grupo de trabajo en pro de las personas con discapacidad, actividades en las que han conseguido logros positivos.
Pese a esto, nuestro Orgullo Tlaxcalteca consideró que aún falta mucho trabajo por realizar en el estado, sobre todo en las situaciones de gestión, “en las dependencias nos hacen dar muchas vueltas, es complicado para la discapacidad rural porque no contamos con los medios para transportarnos”.
Para finalizar, Felipa dijo que no bajará la guardia en la concientización y apoyo para este sector de la población que ella dignamente representa, al tiempo de pedirle a las instancias oficiales e iniciativa privada, confianza en las personas que viven una discapacidad.
“Tenemos las mismas oportunidades, los mismos derechos y capacidades, no tenemos la misma rapidez, lo hacemos más lento y bien hecho, les pido que nos tengan paciencia”, concluyó.