Recuerdo con emoción, algún mensaje redactado por mi hija en ocasión a su participación en el Congreso Infantil. En el que hizo referencia al derecho de los niños, pero subrayaba la necesidad de aclarar las obligaciones de los mismos. Lo que me llevó a analizar un poco, acerca del compromiso que debemos tener los padres para enseñar a nuestros hijos acerca de cuáles son sus derechos en sociedad, sus obligaciones y responsabilidades que esos derechos conllevan. Sin olvidar lo “políticamente correcto”, en el concepto de derechos y obligaciones, lo que puede llevar a suplantar a la ética, al sentido común y a la objetividad.

En ese tenor, me permitiré recordar que a todo derecho le corresponde una obligación. Cuando en la cotidianeidad no pareciera existir algún derecho humano, o que se haya conculcado, es nuestro deber ganarlo a pulso, sin esperar a que sea el estado quien lo conceda. En ese caso, lo primero es cumplir con las obligaciones inseparables a esos derechos, para después poderlos reclamar.

Es por todos sabido que los derechos humanos son tomados de la Ley Natural, y son inherentes a los seres humanos, por el simple hecho de serlo, desde su concepción y hasta su muerte natural. Sin importar si se encuentran legislados por el estado. Además, que legalmente nos son negociables, ni se pueden rechazar por ningún motivo.

Resultaría complicado para mí enumerar todos los derechos humanos, ya que por principio de cuentas, cada quien los denomina como quiere y les da su jerarquización de acuerdo a sus creencias y preferencias. Por lo que prefiero sujetarme a lo que establece la Declaración de Derechos Humanos promulgada por la ONU, misma que se conforma por un preámbulo y 30 artículos, en los que se precisan los derechos de carácter político, social, económico y cultural. Aunque se han ido puliendo, matizando y ampliando con el transcurso del tiempo.

Pero volviendo al comentario de las obligaciones humanas, que lamentablemente olvidamos por comodidad o conveniencia. Mismas que desde mi perspectiva son importantes para el desarrollo y convivencia humana. Me permitiré compartirles algunas de ellas que de acuerdo a un especialista en el tema, son importantes en la formación de hombres virtuosos.

A todo derecho humano le corresponde una obligación equivalente. De acuerdo con los valores de las personas. Debemos entender que las obligaciones son compromisos libres que surgen de la libertad personal o colectiva. Que cuando se cumplen ayudan a solucionar los problemas humanos, no cumplidos. Hoy incumplimos cada vez más nuestras obligaciones. Lo práctico y cómodo es, solo exigir derechos incluso inexistentes.

Los padres deben enseñar y reafirmar en sus hijos que sin importar la edad. Las Obligaciones tienen varios niveles: individual, familiar, social, local o internacional. Y por tanto, en todos ellos se tienen que cumplir.

Los padres explicarán claramente a sus hijos de las obligaciones. Porque nos hemos acostumbrado a pensar o creer que tenemos derecho a todo, o más simple, porque lo merecemos. Aún sin haberlo ganado.

Existe la idea que es el estado quien tiene la obligación para satisfacer nuestros derechos y necesidades. Aún y cuando conlleven una acción positiva y recursos económicos, pero sin que se cumpla con nuestra obligación ciudadana.

Es vital entender que el estado no es solo para cumplir derechos, o hacer cumplir solo obligaciones. No existe un paraíso en el que solo haya derechos sin obligaciones. Esto se observa aún en los países de los considerados de primer mundo.

Cada persona debe tener en cuenta que no es correcto inhibirse de las obligaciones. Y cumplir solo con lo que se cree nos atañe. Pues estas no desaparecen, aunque se dejen de practicar.

Aquellos que no cumplen con sus obligaciones, derivadas de derechos humanos. Producen un elevado costo social. Y lamentablemente ese costo quien lo tiene que asumir, pagar o absorber, es el resto de los ciudadanos que si cumplen con ellas.

Es lamentable que haya leyes locales, nacionales e internacionales, acerca de las obligaciones que tienen los gobiernos, las empresas y la sociedad en conjunto, para que se cumplan los derechos humanos, pero no hay leyes que le exijan a la sociedad cumplir con sus obligaciones.

Como todo cuanto se quiere en la vida, La obtención de los derechos humanos, se han conseguido siempre, a través del esfuerzo y sacrificio de la gente. Es decir, nunca han sido regalados. Pero es aquí donde desde mi humilde perspectiva sugeriría que no se pudieran pedir nuevos derechos o mejorar los existentes, si previamente no cumplimos con nuestras obligaciones. Esto es, no a la ley del embudo. Esa que decían en mi casa…. Todo para acá, pero para allá nada.

Considero justo, cambiemos la percepción de solo extender la mano para recibir. Todo tiene un costo y para cosechar tenemos que sembrar. Porque eso también es Dar de Sí, antes de pensar en Sí.

Porelplacerdeservir@hotmail.com

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