El Día Internacional de la Discapacidad busca empoderar a todas las personas que por alguna limitante física, intelectual, auditiva, o de cualquier otro índole enfrentan más retos en su vida cotidiana, que las personas que no cuentan con dicha limitante.
Ya que en la actualidad, la definición de discapacidad considera que la limitante que la persona padece, no influye tanto como las barreras físicas, que se encuentran dentro de su entorno y que le impiden desarrollarse en la sociedad y en cualquier ámbito, de manera libre y plena.
Lo cual termina involucrando a toda la sociedad en general y a las personas que enfrentan la discapacidad a diario, sabiendo que la inclusión será la pieza angular para eliminar la discapacidad, porque si la discapacidad se viera eliminada de sus vidas, no se preocuparían por entrar a donde quisieran; porque un escalón impide el paso, o no se preocuparía de si existe un traductor de lenguaje de señas que le permita entender la conversación.
Sin embargo, esto únicamente se daría en una utopía, no todos podemos aprender lenguaje de señas, no existen los suficientes recursos para poner una rampa en cada esquina, pero existen cosas que si podemos hacer, lo principal es no olvidar que todos somos personas.
Por un lado, si eres una persona con discapacidad, los obstáculos se encontrarán en cualquier parte, y no debes limitarte, pues siempre habrá una forma de superarlos, los NO deben desaparecer del vocabulario, siempre tomando en cuenta que se puede lograr aquello que nos proponemos y que es mejor usar los obstáculos como impulso, no como freno.
Del otro lado de la sociedad, corresponderá entender que más que limitantes son personas, que todo pueden hacer, aunque esto no implica que lo harán de la misma manera que los demás, pero que aun así, es una forma digna de hacerlo y que estas pequeñas diferencias enriquecerán a la sociedad. Respetándolos e incluyéndolos te sorprenderá lo mucho que se puede lograr.