El sábado anterior en la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero” de la ciudad de Tlaxcala, se llevó a cabo una novillada que agradó a la afición debido a la presencia de los ejemplares que se presentaron en el ruedo del antiquísimo escenario.
Y no fue para menos. No exageramos al decir que por lo menos dos de los novillos lidiados el sábado, bien pudieron pasar como toros en cualquier festejo de nuestro estado o en otras partes de provincia.
Sin embargo, el novillo que dejó el listón alto lo mismo en comportamiento que en presencia fue el de la ganadería de Atlanga que, a la postre, se llevó las orejas sostenidas con alfileres debido a que Emilio Macías, novillero que lo lidió, dejó ir el triunfo tras su mala ejecución en la suerte suprema.
El novillo de la ganadería De Haro también dio de qué hablar, no únicamente por su hermosa pinta casi ensabanada, sino por su comportamiento, aunque dicen los que saben que le faltó torero. Si bien el Irving “Curro” Recoba inició bien con su labor con el capote, lo cierto es que dejó ir un momento importante a partir del buen comportamiento que mostró el novillo de inicio.
Las cosas se le fueron complicando al oriundo de Huamantla, y no supo entender al novillo que se le terminó yendo por encima sin cuajarle una faena que, en un torero más experimentado, hubiera sido distinto el resultado.
Lo cierto es que con este tipo de festejos es como se van haciendo los toreros, máxime cuando se trata de encierros serios y que a la postre resultan complicados en comportamiento, pues ello les va generando sitio, “cabeza” y claridad de ideas al momento de pararse frente a los toros.
Lo del sábado fue un examen para más de uno de los seis novilleros que partieron plaza en la “Ranchero” Aguilar, en la que destacó Sebastián Palomo y Alan Corona, quienes cortaron una oreja cada uno.
En contraste, Emilio Macías, Sebastián Soriano, Irving “Curro” Recoba y Enrique Mejorada “El Penco”, no pudieron tocar pelo.
Por cierto que el caso de Enrique es singular. Se trata de un torero nacido en la charrería y que apenas incursiona en la fiesta brava y se le notó el sábado pasado al querer encontrarle la cuadratura al círculo con un novillo de por sí complicado de La Gasca, al que no le pudo hacer faena mínimamente.
Dicen que para ser torero hay que parecerlo y Enrique Mejorada pudiera ser un buen prospecto si se le sigue puliendo y lo llevan por una buena escuela, pues basta con verlo hacer el paseíllo para darse cuenta que, al menos más personalidad que otros con más recorrido en los toros, sí tiene.
Guadalupana
El próximo jueves doce de diciembre habrá varios festejos en diferentes sedes del país, pero destaca el que se desarrollará en la Monumental Plaza México con un cartel puramente juvenil en el que partirán plaza el tlaxcalteca Sergio Flores que por primera vez saldrá como primer espada en este escenario, al lado del peruano sensación del momento, Andrés Roca Rey y el hidrocálido Luis David con seis toros de la ganadería de Begoña que dicho sea de paso, hacía ya varios años que no se presentaba en la México.
Se trata de un cartel que no tiene desperdicio a partir de la tauromaquia que cada uno de los tres matadores anunciados desarrolla, sobre todo porque son conceptos distintos y juveniles que vienen a romper con lo anquilosado de la fiesta brava, pero que a la vez se ciñen a lo ortodoxo.
La fiesta vive momentos difíciles en los que se han conjugado múltiples aspectos, y carteles frescos como este le vienen a dar una bocanada de aire renovado que bien podría atraer a los viejos y nuevos aficionados.
Si los toros embisten, es muy probable que veamos un auténtico agarrón en el ruedo, pues sabemos que son tres toreros que no se dejan ganar las palmas fácilmente y a quienes de por sí conocemos lo aguerrido de sus conceptos de torear.
Decepción
Hace una semana el torero sevillano Pablo Aguado hizo honor a su apellido en la Plaza México. El torero que llegó con todo el reflector mediático a partir de sus actuaciones en diferentes plazas de España lo habían consagrado aún sin torear en México, como una figura.
Sin embargo, la expectación terminó en una completa decepción si analizamos lo ocurrido en el máximo coso de nuestro país, en un cartel en el que también estuvo Enrique Ponce, Fabián Barba y Joselito Adame con toros de Reyes Huerta.
Si bien aceptamos que los toros que lidió ayudaron poco, lo cierto es que se le notó aburrido en el ruedo, con poca claridad de ideas y nulo corazón para afrontar un compromiso que bien pudo encumbrarlo como un torero importante también en nuestro país.
Escrito por: Gerardo E. Orta Aguilar