Si bien el suicidio es un fenómeno que siempre ha existido, algo ha estado cambiando ya que cada vez son más jóvenes los que recurren a esta fatal decisión.

El suicidio se define como un acto deliberado con el cual una persona se provoca la muerte producto de la desesperación por una situación económica, laboral, amorosa, que se mezcla con una enfermedad mental como la depresión, bipolaridad, esquizofrenia o trastorno límite de la personalidad, además del abuso del alcohol o drogas.

Recientemente apareció un extenso trabajo de investigación en este diario Síntesis Tlaxcala, mismo que da cuenta del problema en el estado con cifras muy puntuales, como el hecho de que las tasas de suicidio han aumentado 60 por ciento en los últimos 45 años, en el que entran rangos de edad de 15 a 44 años y de diez a 24 años. Es francamente impactante que el suicido sea un causa de muerte en niños de 10 a 15 años, sin ignorar los demás, pero ¿qué es lo que está pasando?

En Tlaxcala se registraron 36 casos consumados de suicidio en el 2018 y el coordinador del Programa de Salud del Adolescente de la Secretaría de Salud (SESA), Oscar Acosta Castillo, informó que el fenómeno está focalizado en jóvenes de diez a 19 años de edad y hombres de 20 a 59 años, vulnerables ante situaciones de estrés, económico y de amor.

En el caso concreto de un niño o adolescente, se habla de causas multifactoriales las que llegan a causar que se suicide, como la transición de la infancia a la adolescencia, cambios hormonales, mayores responsabilidades, relaciones turbulentas, etcétera, con la consecuente aparición de pensamientos negativos.

Sin olvidar hechos significativos como el divorcio, la pérdida de un ser querido, mudanzas, agresiones, entre otros.

Por lo que se recomienda no ignorar la depresión, ansiedad, personalidad antisocial, o comportamiento agresivo, abuso de alcohol o drogas.

La seguridad en la familia también es importante, el abandono, la negligencia, el abuso, son detonantes, así como otros factores como la adicción a los videojuegos, al internet, el acoso escolar o la discriminación social.

Ante todo esto, hay señales de alerta de una persona con tendencias suicidas como hablar acerca del suicidio, o que diga cosas como “desearía no haber nacido”, “quisiera estar muerto”, o cosas similares, sentir impotencia y desesperanza ante una situación.

Es bueno saber que en Tlaxcala existen apoyos para quien pasa por trances difíciles, con el objetivo de prevenir el suicidio, pues la Secretaría de Salud cuenta con cédula de detección de depresión, ansiedad e ideas suicidas en hospitales generales y comunitarios y los dos Centros Integrales de Salud Mental en Apizaco y Tzompantepec, con servicios de psiquiatría y psicología para seguimiento de casos y prevención de reincidencia.

No queda más que estar atentos para poder apoyar a un ser querido que se encuentra en una situación difícil y no ve otra salida más que la puerta falsa, pues la verdad que no podemos imaginar siquiera lo que una persona así pueda tener en su cabeza, tal vez pudiera hacerse más como la visita de especialistas en las escuelas por dos cosas según mi óptica: una es que están alejados de su entorno familiar y se puede abordar el asunto con mayor facilidad, de haber problemas, y dos: es en la escuela donde se registra acoso de los compañeros que no solo se trata de violencia, sino que al ser recurrente también puede ocasionar pensamientos suicidas, por lo tanto, es trascendente prevenir e informar, según el ámbito de cada personalidad ya sea acosador o víctima.

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