Armando Díaz de la Mora, historiador y coordinador de la Red de Museos del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC), externó que hace muchos años no existía una celebración como la que en la actualidad se tiene para recibir un nuevo año pues refirió que la mayoría de los calendarios antiguos comenzaban el año en marzo, hablando específicamente de países como Grecia, Roma, la zona nórdica de Europa y la zona musulmana de Irak e Irán quienes comenzaban el año en marzo, de acuerdo a los movimientos de los astros solares.

Preparada la celebración del año nuevo

El calendario prehispánico

En tanto refirió que en Tlaxcala el calendario prehispánico comenzaba también en marzo, es decir, tiene que ver con el equinoccio de primavera y los calendarios solares o trópicos que se basan en ciclos agrícolas, por lo que el comienzo del año en ese entonces estaba estipulado el dos de marzo pues, dijo, hacía referencia al renacimiento de la vida, ya que en ese mes inicia la primavera, “termina el periodo de invierno, de oscuridad, de noches largas, de frío, y comienza la época de las lluvias, el renacimiento de la vida”.

Asimismo, dijo que el calendario que se emplea en la actualidad es de origen romano. Siendo que el primer calendario constaba de diez meses, con 304 días y para ajustarlo tuvieron que realizarse diversas maniobras como intercalar días, poner días festivos entre otras cosas, para cercarlo a 355 días que era el año lunar.

Bajo esta tesitura dijo fue en el año 45 antes de Cristo cuando el emperador Juliano realiza una modificación al calendario agregando dos meses (enero – febrero), por lo que ya se contaban con 365 días, “superando al año lunar que los judíos utilizaban. Por eso la Semana Santa cambia cada año de fechas porque tiene que ver con la fiesta de la Pascua judía, con el calendario lunar que es diferente”.

Por lo que el calendario hasta ese momento comenzaba en marzo y concluía en febrero, al igual que el calendario prehispánico tlaxcalteca. Sin embargo, continúa el problema de los días, pues informó no existía una coincidencia porque los bisiestos estaban mal colocados, con un exceso de seis horas cada año las cuales provocaban que cada cuatro años hubiera un día de diferencia, por lo que se realiza una nueva modificación para instruir el año juliano.

Díaz de la Mora, mencionó que el emperador Juliano cambia el comienzo del año al primero de enero, debido a que en esa época esa fecha se conocía como “Calendas” (motivo por el cual el calendario recibe su nombre) que significa primer día.

Siendo esta fecha la que corresponde a la fundación de Roma, “por lo que los romanos dijeron es mi calendario y yo pongo ahí el inicio del año con motivo de mi fundación, por lo que se realiza la modificación como hasta ahora celebramos un nuevo año”, acotó.

En este sentido, mencionó que pese a que se pensó ya no habría más modificaciones pues antes los primeros seis meses eran de 31 días, y de julio a diciembre de 30 días, el emperador Juliano le pone al quinto mes de acuerdo a ese calendario el nombre de julio en su honor, mientras que Augusto le pone el nombre de agosto, por lo que mencionó le agregaron más días a esos meses para representar su importancia y grandeza.

Preparada la celebración del año nuevo

Enero, inicio de año

“Por lo que el día primero de enero se convierte entonces en el inicio del año, así de llano sin tener razón astronómica ni religiosa, más que la fundación de Roma”.

Para 1582, el padre Gregorio tercero vuelve a hacer una modificación porque ya había once días diferencia entre el equinoccio real y el del calendario, pasando del cuatro al 15 de octubre. En Tlaxcala, esta modificación hasta el día de hoy que es el calendario gregoriano se aplica el 15 de octubre de 1583, de acuerdo a un documento que está en el archivo histórico en el estado.

La semana es de siete días, porque es una herencia judía, “los romanos tenían ocho días, los tlaxcaltecas en su momento en la época prehispánica tenían semanas de trece días, y los babilonios semanas de diez días, para manejar los descansos, pero son los judíos quienes nos transmiten las semanas de siete días a través Roma, una vez que Constantino se hace cristiano y adopta la semana de siete días, que comienza el día domingo terminado el sábado, día de descanso judío”.

Nosotros como mexicanos celebramos para iniciar un año nuevo, mediante una cena familiar y algunos rituales que se han ido adaptando de acuerdo a la cultura social que se ha ido modificando por la diversidad. Sin embargo, en diferentes países se celebra el inicio de un año nuevo de diferente manera.

Llama Iglesia a purificar la fe y construir la paz

Está por comenzar el año 2020, un año muy importante en la vida de cada persona, no solamente porque comienza civilmente un tiempo más, sino porque se da oportunidad de podernos renovar, intentar cosas nuevas y cumplir los pendientes de años anteriores.

Así lo refiere el rector del Seminario Diocesano de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón, al señalar que en la víspera de las celebraciones para despedir al «año viejo», es necesario purificar la fe pero sin llevar a cabo rituales que nada tienen que ver con Dios.

«Estos ritos de ponerse ropa interior de colores, salir con maletas a la calle o comerse las doce uvas, todo esto que ha adoptado la sociedad mexicana son sólo eso, ritos que no aseguran ni garantizan nada. Debemos confiar en la providencia de Dios y trabajar por ello, quieres dinero, trabaja; amor, constrúyelo, la única manera es el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, nada viene de a gratis, el gran milagro es lo que Dios nos ha dado y trabajar por ello, la gran labor es de cada persona, poner corazón, inteligencia, las manos para lograr el éxito», dijo.

Hizo un llamado a los tlaxcaltecas a no caer en la trampa del consumismo y la superstición religiosa, puesto que en las homilías ha encontrado que muchas personas llevan a bendecir objetos como dinero, cuarzos, cerraduras, entre otras cosas que no tienen que ver nada con la religión.

De igual forma, recordó que el uno de enero se celebra el Día por la Jornada Mundial de la Paz, lo que sirve para iniciar el año con esa mentalidad de construir entre todos una sociedad más positiva.

«El Papa Francisco nos ha enviado un mensaje sensacional donde nos pide que seamos artesanos de la paz, la paz es un deseo pero requiere de esfuerzo y de trabajo, es una labor de cada uno, debemos sumar, cada quien hacer lo propio, aportarle; es muy fácil pedirle a la autoridad que ella lo realice, sin duda, tiene su tarea pero es una labor de cada uno de nosotros. Solamente así abriremos toda esta inseguridad violencia y demás», subrayó.

Rojas Bretón, recalcó que los mexicanos debemos buscar el progreso de nuestra patria por el camino de la justicia y la paz, confiando en la providencia de Dios pero trabajando para conseguirlo.

Preparada la celebración del año nuevo

Tlaxcaltecas ya se preparan para año nuevo

Los tlaxcaltecas ya se preparan para la llegada del año 2020 fecha que genera expectativa y alegría, algunos celebrarán en familia, otros más con amigos o la pareja y aunque por muchos años la tradición consistía en preparar en el hogar diversos platillos, en la actualidad existen personas que optan por salir a cenar a algún restaurante o taquería.

Fabiola Texis Romero, originaria de San Lorenzo Axocomanitla, menciona que aprovecha esta fecha para estar más cerca de sus hijos, padres y hermanos por lo que entre todos apoyan en la compra y preparación del menú que se ha de servir como cena, para esta ocasión deleitarán su paladar con pierna adobada, espagueti y ensalada de manzana o betabel.

Otros de los platillos típicos que se realizan para esta temporada son pavo relleno, lomo de cerdo, romeritos, ceviche, caldo de camarón, tamales o pozole; de bebida vino o sidra y para los más pequeños refresco o ponche de frutas.

Texis Romero destacó que previo a la cena, cada fin de año acude a la iglesia de su comunidad para agradecer a Dios por los favores concedidos, además para bendecir sus doce velas de la Divina Providencia, mismas que encenderá cada primer día de los doce meses del año, como un signo de confianza en Dios, quien dará, si es su voluntad, salud, alimento, techo y trabajo.

Algunas personas viajarán a otros estados, como es el caso de Carmen Lara, oriunda de Huamantla, quien tiene pensado pasar el año nuevo en Acapulco, Guerrero, al lado de su pareja y cenar en un restaurante de la zona.

Esta fecha también es aprovechada para realizar algunos rituales como utilizar ropa interior de cierto color, rojo para el amor, amarillo para dinero y el verde para salud.

El ritual de las maletas que consiste en llenarlas de ropa para después salir con ella y dar un pequeño recorrido por la calle, se hace con el propósito de poder salir de viaje durante el próximo año; aventar agua por la ventana representa echar las malas vibras que hay en el hogar; llenar un plato de lentejas con el fin de tener un año nuevo cargado de abundancia, riqueza y dinero.

Regalar borregos significa que le deseas mucha riqueza y abundancia a la persona que lo recibió, aunque también se acostumbra colocarlos en la entrada de la casa, porque ahí es donde entrará la fortuna.

Sin embargo, el comer doce uvas es el ritual más popularizado entre los tlaxcaltecas, las cuales son ingeridas mientras suenan las últimas doce campanadas del año, algunos señalan que representan salud, trabajo, amor, paz, dinero, éxito, felicidad, armonía, prosperidad, alegría, amistad y suerte; otros refieren que se puede pedir un deseo por cada una.

Durante estas fechas, dicho fruto incrementa su costo de manera considerable hasta en un 100 por ciento, al pasar de 20 pesos el kilo a 40 pesos y 60 pesos en algunos tianguis y mercados, mientras que en los supermercados pueden llegar hasta los 80 pesos, las hay verdes y rojas con y sin semilla lo que hace variar su precio.

Otra tradición muy arraigada es el de barrer la casa con escobas de palma para alejar las malas vibras que acumularon durante todo el año para posteriormente quemarla junto con un muñeco hecho con ropa vieja el cual representa al “año viejo”.

Además de todas estas actividades, en algunos hogares se rompe piñata y se quema pirotecnia, señala Rogelio Mendoza de Tlaxcala capital, quien cuenta que durante esta fecha supervisa el uso de estos artefactos por parte de sus hijos y aunque se trata de las llamadas “chispitas” que parecen inofensivas, se mantiene al tanto para evitar accidentes.

Para el uno de enero, los entrevistados coincidieron en que después de la desvelada acuden a la casa de otros familiares para compartir el ya famoso “recalentado”, que consiste en freír o calentar nuevamente los alimentos que se cenaron una noche antes.

Preparada la celebración del año nuevo

Previo a año nuevo, uvas incrementan su costo

Los rituales son una de las prácticas más recurrentes para recibir los primeros segundos del año nuevo, uno de los más populares es el ingerir doce uvas junto con el mismo número de campanadas, esta acción se ha vuelto muy popular en muchas familias tlaxcaltecas lo que ha generado que dicho fruto obtenido de la vid, incremente su precio de manera considerable días antes del 31 de diciembre.

Hasta este sábado, en el tianguis de la ciudad capital el kilo de uva con semilla se ubicaba en 60 pesos, sin semilla en 80 pesos; mientras que en supermercados oscila entre los 70 y 100 pesos.

Rocío Zempoalteca, oriunda de Panotla, menciona cada fin de año compra kilo y medio para su familia de apenas cinco integrantes, sin embargo, para esta vez comprara alrededor de tres kilos ya que le tocó ser la anfitriona y a su hogar acudirán alrededor de 20 personas.

“Ya sabemos que cada año sube su costo, para esta ocasión ahorramos para comprar una mayor cantidad, nos gusta las que no tienen semilla porque es más fácil de comer y no nos entretenemos en estar quitándole los huesos”, dijo.

También hay quien esperan a comprarlas hasta el último momento, que es cuando supuestamente están con descuento y con ello se ahorran unos cuantos pesos, señala Silvia Guillén.

“Cuando ya es 31 las uvas bajan principalmente por la tarde noche porque los comerciantes no quieren que se les queden, así que yo me espero para aprovechar las ofertas, están muy caras para comprarlas desde ahora”, dijo.

Otras personas decidieron hacer una variación a esta tradición de origen español y sustituirlas por frutos secos como arándanos o pasas porque su costo es menor, algunos de plano las desaparecieron de su menú de celebración.

 

Escrito por: Giovanna Moreno Rosano, Maritza Hernández

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