Al recordar nuestra infancia casi todos los mexicanos tenemos un recuerdo con este juguete que tradicionalmente se elabora con madera y que contrario a lo que muchos piensan se sigue fabricando de manera manual en estados como Guanajuato para exportarse a diversos lugares del mundo.
Los primeros trompos de los que se tienen registro datan del año 400 A.C aunque no se saben a ciencia cierta los detalles relacionados a su origen se a especulado que entre sus primeros usos se encontraba la adivinación recreando el movimiento de los astros por medio de la peculiar forma y movimiento de este instrumento tan conocido ( actualmente juguete)
Dentro de nuestro país su fabricación fue modernizada a finales del siglo XIX y principios del XX estos cambios se enfocaron en crear trompos mucho más resistentes utilizando distintos tipos de madera para que fueran mucho más duros a la hora de soportar golpes de sus rivales.
Fue en esta época que el juguete alcanzo una de sus temporadas más populares gracias a su fabricación a base de madera de guayabo y mezquite con punta siendo estos los sellos icónicos que impulsaron sus ventas alrededor de nuestro territorio sobre todo en las ferreterías logrando lo que pocos juguetes habían logrado hasta ese entonces marcar a una generación dándole una infancia inolvidable.
El siguiente salto dentro de la historia del trompo se origino durante el año de 1963 cuando se introdujo a su fabricación el plástico un material mucho más duradero y resistente para las batallas que se lidiaban con el juguete entre las marcas con mayor renombre dentro de territorio mexicano se encuentran Plasti Marx ( quien lo introdujo) y Duncan (quien lo popularizo ya que debido a su éxito fueron conocidos como el trompo azteca).
Este juguete con el paso de los años a logrado vencer las fronteras del tiempo y la tecnología hoy en día sus dos variantes de madera y plástico siguen de venta en el mercado manteniendo su huella dentro de las generaciones de niños mexicanos y de múltiples nacionalidades en todo el mundo.
