El obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, exhortó a los católicos que no permitan que la Pandemia que se vive a nivel mundial por el Coronavirus (Covid-19), les robe la Semana Santa ni les haga sentir que Dios está lejos y por el contrario se enfrente esta situación con solidaridad y reconocer de lo que está hecha la fe de cada uno de los fieles.
Esto en el marco de la celebración del Domingo de Ramo, durante la misa dominical, transmitida por la red social de la Diócesis de Tlaxcala, la máxima autoridad eclesiástica del Estado, refirió que con esta celebración se inicia la Semana Santa, iniciando el camino hacia la pascua acompañando a Jesús en su pasión, muerte sepultura y resurrección.
Estamos viviendo situaciones difíciles en el mundo, nos sentimos frágiles temerosos, pero como lo dice el evangelista San Mateo, en medida de los posible ver más allá de las situaciones…les pido seamos una luz ante la situación que se está viviendo, y responder a los acontecimientos desde nuestra fe cristiana, pues Jesús, no nos abandona él nos acompaña en todo momento”.
Durante su mensaje, posterior a la lectura del Evangelio, el Obispo, invitó a los feligreses a orar, como lo ha hecho el papa Francisco, donde ha pedido por la salud y consuelo a los corazones, porque la fe es débil, pero es momento de fortalecerla y seguir las recomendaciones que se han pedido.
La última palabra la tiene Dios, respondamos con la oración, ternura, misericordia y la cercanía, pues hemos sido llamados a ser solidarios con aquellos que viven y con los que vivirán situaciones difíciles y adversas tanto e salud como en el ámbito económico en el tema económico, si está en nuestras manos ayudar, no lo duden y háganlo”.
En el ex convento San Francisco, el Obispo pidió a los feligreses tener fe, como fue la resurrección de Lázaro; y en este momento más, porque se trata de vencer la incredulidad y recuperar la fe ante lo que se vive por el Covid-19.
Externó que no es fácil estar encerrados en el aislamiento, pero pidió se tomará como momentos de reflexión y hacer fáciles las cosas difícil y viceversas, y no perder de vista de apoyar a los que más lo necesitan, pues la muerte de Jesús da vida e impulsa a recapacitar, ya que como lo manifestó en el evangelio de San Mateo, se invita a descubrir una realidad más profunda de los acontecimientos.
