Si deseas dar una flor no esperes a que se mueran, mándala hoy con amor… en vida, hermano, en vida”. Con estas elocuentes palabras se abre el telón para rendir un homenaje a aquellas personas que han consagrado su vida para llevar el nombre de Tlaxcala muy en alto. Hombres y mujeres que hoy caminan por las calles de la ciudad que los arropa y a quienes se les deben reconocer sus aportes. No es necesario esperar a que mueran para darles una flor, cuando deben vivir en el jardín de la gratitud.

La historia es un dialogo constante del presente con el pasado. La memoria se crea a partir de un discurso histórico que se construye con el fin de preservar del olvido lo que es digno de ser recordado. En este sentido, es momento de exaltar los hechos que desde diferentes frentes emprendieron los hombres y las mujeres de Tlaxcala. Ante ustedes, la profesora Lucia Carrasco Xochipa.

Primera Senadora de la República por Tlaxcala y segunda mujer líder de la CNC, consagró su vida al ámbito de la política. Al respecto comenta: “Se hicieron muchas cosas de las cuales la gente no tiene memoria, y que cuando yo ya no esté nadie va a saber todo lo que se hizo más que la gente que trabajó conmigo”.

Mujer de principios muy arraigados y combativa, supo imponerse a los afanes del machismo imperante en el que las mujeres no tenían cabida. Con orgullo recuerda que es oriunda del pueblo de Santa Cruz Techachalco, en el municipio de Panotla, de donde se siente muy orgullosa de vivir, con la gente, con su pueblo, platicar y ser alguien de ahí. Fue hija de Francisco Carrasco Corona y Catalina Xochipa Muñoz, campesinos y ejidatarios que le heredaron la cultura del campo.

De su niñez evoca felicidad que se trasluce de su sonrisa. Inicio su vida escolar en la primaria de Techachalco, misma que culminó en la escuela Vicente Guerrero de Panotla. En la cabecera municipal continuó con su educación en la secundaria Rafael Minor Franco, que se encontraba en lo que ahora es la Dirección Administrativa de COBAT. Precisamente en este nivel destaca que no fue una alumna excelente, aunque siempre se mantuvo en el cuadro de honor, fue muy sociable y le gustaba declamar, cantar y bailar, principalmente el paso doble. En este momento menciona que obtuvo su primer triunfo tras una elección popular, al ser elegida reina del día del estudiante. Con algarabía, entre música y con chambelanes, fueron por ella para festejar su triunfo.

Fue su carácter y solidaridad lo que le hizo ganar la simpatía de la gente, donde con cariño le decían y le siguen diciendo Luchita. Ponía valses, peinaba a las chicas y les confeccionaba su vestuario, sin cobrar por ello. Como era muy participativa en su pueblo, desde los 15 años ya era parte del seccional del PRI. Sus habilidades le permitieron acercarse a la gestión política, pues los agentes municipales, hoy presidentes de comunidad, le solicitaban apoyo en la redacción de los oficios para gestionar los servicios básicos en beneficio de la comunidad; mientras tanto, ella contaba con el respaldo de su maestro de español.

Con la idea de continuar su educación, presentó el examen de ingreso al Instituto Politécnico Nacional con su hermana. Confiesa que ella no ingresó por lo que al regresar a Tlaxcala y después de perder un año entró a la Normal. Con la vocación que despertó en ella desde su infancia se tituló como profesora de educación primaria. Con el afán de continuar su formación ingreso a la Universidad Pedagógica Nacional para cursar la licenciatura en pedagogía. Tras cuatro semestres abandonó sus estudios cuando se casó.

Gracias a la empatía que mostraba con su pueblo, menciona que para cualquier elección la tomaban en cuenta, ya que hacía uso de sus habilidades como maestra. Servía de portavoz ante las autoridades en busca de apoyos, por lo que se ganó la confianza y el cariño de la gente. Esta situación quedó de manifiesto cuando la invitaron para que fuera candidata a la presidencia municipal de Panotla.

Ya en actividades políticas, acompañó a un líder de San Jorge Tezoquipan que tenía la intención formar un grupo político del municipio para contender con la cabecera municipal. Se formaron varios grupos de jóvenes, con lo que lograron obtener la presidencia de los pueblos. Así, al lograr un regidor para Techachalco se abre el camino para la presidencia. Le ofrecen ser suplente, situación a la que se niega diciendo, “yo de suplente, ni de mí sombra”, pero manifiesta su apoyo. De inmediato le informan que ya es propietaria, a lo que está de acuerdo.

Siendo muy joven fue Regidora del Ayuntamiento al lado de regidores de mayor edad, de los que ganó la simpatía. Gracias a su labor como regidora de los pueblos obtiene el respaldo de la gente. Con el apoyo de su madre y su hermano fue que decide emprender el camino a la presidencia con la frase “éntrale, si pierdes qué, éntrale, hija, yo te apoyo”.

En este momento Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo forman el frente cardenista, por lo que la situación se complica al ser varios los precandidatos con trayectoria y ella la única mujer. Poco a poco decantan a su favor hasta que logra ser la presidente municipal.

Tuvo apoyo de la gobernadora del Estado, Beatriz Paredes Rangel para realizar varias obras. Un pozo equipado de agua potable, drenaje, luz eléctrica, ampliación y pavimentación de calles, con el apoyo de faenas. A petición del Director General de COBAT, Héctor Martínez, tras una larga gestión se obtuvo un tramo de El Ranchito para la construcción del Plantel 11. También se abrió del primer CENDI y la Secundaria Técnica de San Jorge Tezoquipan, que fue inaugurada por el secretario de Educación Pública Ernesto Zedillo Ponce de León.

Con estas y otras actividades culmina su periodo, mismo que puede llamarse, UNA MUJER PARA SU PUEBLO.

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